Columna de Carolina Valdivia: Un mapa que trasciende la cartografía
La semana pasada, Beijing publicó la edición 2023 del mapa estándar de China. Esta acción no tendría nada de llamativa si no fuera porque incluyó, en calidad de territorio chino, espacios marítimos y territoriales pertenecientes a, o en disputa con, países vecinos. Una lectura de este mapa, más allá de la cartografía, nos muestra en buena medida, qué busca la política exterior de la China de Xi y nos permite dilucidar intereses geopolíticos que trascienden a Asia.
El mapa estándar 2023 dejó al Mar del Sur, prácticamente en su totalidad, bajo soberanía de China, haciéndose, al mismo tiempo, de sendas extensiones de plataformas continentales y zonas económicas exclusivas. Ricos en hidrocarburos y en pesquerías susceptibles de explotación, la acción china grafica la cada vez mayor relevancia que tienen estos espacios marítimos en el acontecer actual.
El Mar del Sur de China es una zona reclamada por buena parte de los países del sudeste de Asia. A pesar de ello, la acometida cartográfica china generó tibias reacciones de sus vecinos, ni que decir de una condena de la ASEAN, el organismo regional que agrupa a los países del área. Es posible que tanto la molestia controlada, como la inacción de la ASEAN, respondan a la importancia comercial del gigante asiático en sus relaciones bilaterales, habiendo preferido evitar poner en riesgo las fructíferas relaciones con Beijing, un aliado económico clave.
El mapa estándar da cuenta también de cierta desafección con principios que han guiado el orden internacional. Este mapa abandona lo dictaminado por una sentencia arbitral de 2016 reflejando que, para China, el derecho internacional y la solución pacífica de controversias -principios de la carta ONU- se considerarán en la medida que se ajusten a sus intereses.
Notable ha sido el silencio de Rusia. Subyugada por su dependencia económica y el implícito apoyo chino a su invasión a Ucrania, Moscú ha permanecido silente frente a una cartografía que incorpora un amplio territorio ruso, desconociendo unilateralmente los acuerdos que pusieron fin a reclamos recíprocos en la frontera común.
El mapa finalmente muestra que Beijing está decidido a rebajar cualquier aspiración india de asumir el liderazgo del Sur Global. En su mapa, China incluyó territorios históricamente disputados por India e hizo coincidir su publicación con la antesala de la cumbre G-20 en Delhi. El terremoto político desatado en India y las acusaciones cruzadas con Beijing, ofrecieron la excusa perfecta a Xi para declinar -por primera vez- su participación en la cumbre G-20 mellando, de pasada, los eventuales logros diplomáticos de la Presidencia india.
Para un país como Chile, las acciones que trasluce el mapa de China nos llaman a seguir incorporando a nuestra soberanía las plataformas continentales, espacio marítimo que será crecientemente disputado. Asimismo, nos sirve como alerta ante las consecuencias de la dependencia económica que parecen impedir reacciones contundentes aun ante la afectación de otros intereses vitales de los estados.
Por Carolina Valdivia, ex subsecretaria de Relaciones Exteriores y coagente ante la CIJ
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