Columna de Claudio Orrego: Que fluya el agua
Hace unos días partió finalmente uno de los encuentros globales más importantes contra el cambio climático, la 28ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2028, más conocida como COP28.
Este año fueron más de 160 países los que llegaron hasta Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, para revisar qué se ha cumplido y qué no respecto del Acuerdo de París firmado, hace siete años, por 197 países, con el fin de frenar el aumento de la temperatura global en 1.5 °C. Convencido de que el cambio climático llegó para quedarse, es fundamental que las regiones y las ciudades avancemos firmemente en la adaptación.
Tal vez por eso me quedó resonando lo que dijo en la inauguración el secretario ejecutivo de la ONU Cambio Climático, Simon Stiell, sobre que esta COP28 no podía ser una sesión fotográfica y que nadie debería volver a casa sin un acuerdo que marcara la diferencia en la lucha del cambio climático. Stiell fue claro en que esta cumbre debía ser un ejercicio de ambición, de rendición de cuentas y de aceleración. Yo soy de la misma opinión: los cambios que cada gobierno debe implementar para mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático son urgentes.
Desde el gobierno de Santiago hemos estado en eso en los últimos dos años: catalizando medidas que apuntan a la adaptación del cambio climático, el que ha generado recurrentes episodios extremos de sequía y exceso de precipitaciones durante un corto período.
Como sabemos que una golondrina no hace verano, las lluvias de este 2023 no solucionaron en absoluto la crisis hídrica que afecta al país. Chile tiene un 76% de su superficie afectada por la sequía y está entre las 30 naciones con mayor riesgo hídrico para el 2025. Y en el caso de la Región Metropolitana, la cantidad de agua disponible para los ciudadanos, las empresas, los tomadores de decisiones y los ecosistemas es insuficiente, calculándose que se necesitan dos ríos Maipo para cubrir la demanda de agua de toda la región.
Por lo mismo, seguimos trabajando con mayor fuerza en varias iniciativas que buscan darle sostenibilidad hídrica a la cuenca del río Maipo, cuyas aguas provenientes de glaciares cordilleranos son la fuente de agua para la RM.
Por un lado, el gobierno de Santiago está creando el primer organismo de cuenca en Chile para la gobernanza de la cuenca del río Maipo, para lo cual conformó un Grupo Promotor integrado por 27 organizaciones representantes de los sectores público, privado, academia y sociedad civil. Y por otro, está implementando soluciones que ponen al centro la gestión de los municipios para acortar la brecha entre la oferta y demanda del recurso agua. En esto está el Programa de Estrategias Hídricas Locales en la Región Metropolitana, liderado por el gobierno regional y por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), de Corfo, y la iniciativa Maipo Resiliente, que cuenta con la asesoría experta de Escenarios Hídricos 2030, de Fundación Chile. Se trata de un portafolio de 30 soluciones concretas para ahorrar y cuidar el agua en la RM y que ya se están comunicando a través de talleres para que el mundo técnico, comunidades y financistas conozcan la batería de 30 proyectos del programa y les ayudemos a visualizar las estrategias que permitan ponerlas en marcha en el corto plazo. A eso se suma lo que muy pronto haremos junto a los municipios con la entrega de aireadores de agua que permiten ahorrar hasta 50% el agua usada en lavamanos y duchas a nivel domiciliario.
Otra de las acciones concretas impulsadas por el gobierno de Santiago, es el desarrollo de áreas verdes hídricamente eficientes y el lanzamiento de la campaña “Influye por el Agua” (https://influye.escenarioshidricos.cl/), cargada de mensajes potentes con los que queremos alertar que el agua no nos sobra en Santiago. La campaña es clara en advertir que solo el 17% de los problemas hídricos en Chile se debe al cambio climático y que el resto, el 83%, es por causa de factores antrópicos. Lo que nosotros queremos que entiendan con esta campaña es que no podemos seguir regando sin mesura, porque el pasto consume 8 litros de agua por m2 al día, y que no podemos seguir sobre regando cultivos agrícolas, porque estamos usando el doble de agua que requieren.
Es clave no olvidar que la soluciones que se pongan sobre la mesa requieren de inversión. Fue precisamente lo que en esta COP28 discutimos con autoridades regionales y municipales Barranquilla, Dakar, Melbourne, Reykjavik, Marsella, Bristol y Freetown y una nueva alianza que firmamos las regiones de climas mediterráneos: la necesidad de dar más poder y financiamiento a los gobiernos subnacionales, avanzar en las medidas de adaptación locales, e impulsar el financiamiento de iniciativas de mitigación a gran escala. Quedan varios días de la COP28 para mostrar una decisión política global y así “volver a casa” con la claridad y el compromiso de todas las naciones, regiones y municipios para avanzar en la agenda climática.
Por Claudio Orrego, gobernador de Santiago.