Columna de Constanza Hube: El sentido común de los chilenos

Celebracion Rechazo


No han pasado dos semanas desde el plebiscito en el que la opción Rechazo se impuso rotundamente sobre la opción Apruebo. Fueron 7,8 millones de chilenos los que  le dijeron no a una Convención que fracasó en la misión de entregarle a nuestro país un pacto social que nos uniera.

Mucho se ha hablado de la necesaria reflexión que requiere hacer el gobierno y los partidos oficialistas respecto de las razones de la derrota. Mal que mal, el Presidente de la República fue el jefe de campaña de la opción Apruebo. Está claro que las fuerzas oficialistas se encuentran en un estado de negación respecto del resultado, leyendo sin rigurosidad lo que significó la derrota, atribuyendo el triunfo del Rechazo a la falta de educación de los chilenos, apelando una vez más a una suerte de interdicción que tendrían las personas para tomar sus propias decisiones. Muestra de una soberbia que, sin duda, fue la enfermedad letal de la Convención, y cuya patología la padece también el gobierno, partiendo por el Presidente que se autoproclamó como un líder “adelantado a su tiempo”. Arrogancia y superioridad moral propia de esta generación de dirigentes estudiantiles, que no han madurado lo suficiente como para percatarse de la investidura de su cargo y de la responsabilidad que ésta conlleva.

Sin embargo, no solo el gobierno debe reflexionar sobre los resultados del 4 de septiembre, sino que también la oposición. Más que solo centrarse en las razones de la derrota del Apruebo, sería bueno que el análisis se centre también en los argumentos que tuvieron los chilenos para votar Rechazo. ¿Qué perdió? ¿Qué ganó? Si no se analiza eso, es imposible que podamos tener un proceso que tenga un buen resultado. ¿Qué perdió? La idea de que Chile no es uno solo, sino que varias naciones; la dependencia de las personas respecto del Estado (los chilenos quieren depender de su esfuerzo y no de lo que el Estado se “digne” a darle) y; la desconfianza profunda en las personas (esa soberbia de creer que los chilenos no somos capaces de tomar nuestras propias decisiones). ¿Qué ganó? La cultura de la libertad, la provisión mixta de los servicios, la propiedad sobre los ahorros previsionales, la priorización de la seguridad y la unión del país entre la diversidad de sus habitantes.

El sentido común de los chilenos nos dio una lección hace casi dos semanas atrás. Ese mismo sentido común se necesita a la hora de buscar un acuerdo por una nueva Constitución. Uno de los grandes errores que cometió la Convención fue el de no escuchar a las personas. Sería incomprensible que quienes están tomando las decisiones ahora, decidan hacer lo mismo que ya fracasó.