Columna de Cristián Valenzuela: El pájaro y la granada
Fiu, la mascota oficial de Santiago 2023, se convirtió en un verdadero fenómeno en las últimas semanas. Miles de peluches vendidos, memes y apariciones públicas, coronadas con una medalla de oro simbólica en la ceremonia de cierre y una aparición estelar en la Teletón. También es posible encontrar a Fiu en muchas de las actividades presidenciales, pues se ha convertido en un pájaro muy cercano al Presidente: se abrazan, bailan y bromean entre ellos. ¿Cómo no quererlo? El pájaro es querido por más del 80% de los chilenos, mientras el Presidente tiene un respaldo de un 30% y su desaprobación es cercana al 70%.
La estrategia comunicacional es clara: acercarse al pajarito y alejarse lo más posible de los problemas y complejidades que significa gobernar. ¿Corrupción? No, gracias. ¿Aumento de homicidios? Lejos de nosotros. ¿Crisis económica? Es culpa del gobierno anterior. Ante cada problema, un paso al costado y que algún ministro sectorial que se haga cargo, con poco entusiasmo.
“Tenemos muy buenas noticias que dar”, afirmó el Presidente frente a los empresarios en el encuentro de la industria y, luego, criticó duramente a los medios de comunicación escritos por “el afán de preferir las malas noticias”, preocupado por el corazón de las personas que leen, porque, en verdad, “es como si viviéramos en un “país infernal”.
¿Vivimos en un país infernal? ¡O será que el Presidente tiene razón y en realidad Chile es un país celestial, donde hay muy buenas noticias en materia económica, social y de seguridad que se desconocen por falta de difusión comunicacional?
Rayén Currihuil tiene 23 años y es cabo segundo de Carabineros de Chile. Este miércoles, a las 7 de la tarde y en medio de una fiscalización, fue atacada por un grupo de extranjeros ilegales que le lanzaron una granada con el objetivo de asesinarla. Por suerte no lo lograron, pero el solo hecho de haberla lanzado constituye un nuevo límite que se cruza en el avance implacable de la violencia, la delincuencia y el narcoterrorismo en nuestro país.
Las cifras económicas no son positivas: Chile disminuirá su crecimiento este año y no mejorará sustantivamente el 2024. El desempleo es cercano al 9% y la informalidad supera el 30%, afectando el aumento de los salarios, la estabilidad contractual y el progreso de la economía.
Los crímenes son cada vez más violentos y los delincuentes no solo no respetan a la autoridad, sino que no existe ningún control sobre lo que les pueda pasar a las víctimas. Mujeres golpeadas, niños retenidos y decenas de personas asesinadas en las últimas semanas.
En materia de corrupción, el gobierno es indiferente a la grave crisis que enfrenta el Ministerio de Vivienda, donde los partidos de gobierno formaron una verdadera asociación ilícita para extraer recursos del Estado y financiar operaciones y operadores políticos, a vista y paciencia de las autoridades del gobierno.
No sé si vivimos en un país infernal, pero el estancamiento económico, la crisis de corrupción y la delincuencia desatada son componentes que nos acercan bastante a esa descripción. Aunque el Presidente y su amigo el pajarito no lo quieran ver. Y los que más sufren ese país infernal son los más pobres, chilenos que viven con terror y duermen con miedo. Mientras el Presidente viaja por el mundo, asiste a comidas con empresarios, sale a pasear en bicicleta o asiste a los partidos de los Panamericanos, el resto de los chilenos vive en un país muy diferente.
Yo no voté por este Presidente, pero respeto las reglas de la democracia y, por ende, su investidura. De la misma manera, exijo que el Presidente respete la democracia también y deje de jugar en el sillón presidencial. Los chilenos necesitan un Presidente que haga su pega y hoy la principal misión que tiene es enfrentar la inseguridad, la corrupción y reactivar nuestra economía.
No es culpa de los medios que el país esté en el suelo ni culpa de los diarios que el gobierno haya fracasado. La responsabilidad la tienen el Presidente y sus ministros, que creen que la gente los va a apoyar porque bailan con el pajarito y no entienden que los chilenos lo único que quieren es vivir más seguros, que no se roben la plata del Estado y que la economía crezca para tener pega y un buen sueldo. Porque el problema no es el pajarito, sino la granada, y esta ya comenzó a explotar.
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