Columna de Cristián Valenzuela: El violador es usted

Monsalve - Boric
Presidente Boric supo el martes sobre la denuncia contra Manuel Monsalve.

En los 954 días que han pasado desde que asumió el Presidente Boric, nadie ha puesto en duda la legitimidad de su triunfo ni la validez de su ejercicio. Pero los graves hechos ocurridos esta semana abren una interrogante demasiado grande respecto de su criterio, competencia y capacidad para gobernar.



Esta no es una columna sobre moral o la vida privada de las personas. Tampoco es una columna sobre un caso policial o una investigación en desarrollo. No, esta es una columna sobre la responsabilidad política y constitucional del Presidente de la República de Chile y su ministra del Interior y Seguridad Pública.

Casi 48 horas pasaron entre el momento en que el Presidente de la República tuvo conocimiento de la presentación de una denuncia por violación y abuso sexual en contra del subsecretario del Interior y el momento en que se materializa la renuncia. 48 horas en las que una de las principales autoridades del país en materia de seguridad, quien lleva una relación permanente con las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, siguió en su cargo y en plenitud de sus atribuciones, hasta que un medio de prensa dio a conocer la existencia de esta denuncia.

Para Max Weber, un político responsable es el que actúa con una ética de la responsabilidad, es decir, que es consciente de que sus acciones tienen consecuencias, no solo para él mismo, sino que para toda la sociedad. Asimismo, cree que el político responsable debe actuar con pragmatismo en la toma de decisiones, sabiendo que la política implica compromiso y no puro idealismo.

¿Fue un político responsable el Presidente Boric, al no pedirle la renuncia al exsubsecretario luego de reunirse con él ese martes por la tarde? ¿Fue consciente de las consecuencias que sus acciones generarían, una vez que se conociera públicamente la grave denuncia que pesaba sobre su colaborador?

Es evidente que al Presidente y a la ministra Tohá les falló gravemente el criterio y fueron absolutamente irresponsables. Desafiando el sentido común, el Presidente y las ministras Tohá, Vallejo y Orellana pretenden instalar, cada día con excusas más ingeniosas, que la reacción del gobierno fue adecuada y que no se hicieron en reacción a una publicación de prensa. Y mientras más excusas y explicaciones absurdas plantean, más se evidencia la precariedad, el amateurismo y la incompetencia de este gobierno. ¿Qué estará pensando el líder del Tren de Aragua sobre los encargados de liderar la seguridad en Chile? ¿Qué expectativas tendrá el Cartel Jalisco Nueva Generación, viendo el espectáculo penoso de las autoridades de La Moneda?

Porque este es, verdaderamente, el tema de fondo: cómo, a través de actos de esta administración, se ha comprometido gravemente el honor y la seguridad de nuestra nación. Porque muchos podríamos, sesgadamente, calificar a este gobierno de incompetente e inoperante en materia de seguridad. Pero esta semana, de manera prístina, ha quedado demostrado que, desde el Presidente de la República hasta el último de los funcionarios, son incompetentes y en el gobierno reina el descontrol total.

Pero el problema no se termina ahí. El Presidente de la República, en su generosa alocución a la prensa, confirmó dos hechos de máxima gravedad. Primero, fue él y la ministra Tohá quienes en la práctica notificaron al exsubsecretario que se había presentado una denuncia en su contra y que la Fiscalía lo estaba investigando, violando el secreto de la investigación. Segundo, que el exsubsecretario le confesó que había revisado las cámaras del hotel, configurándose una potencial obstrucción de la justicia. ¿Y qué hizo el Presidente? No solo no denunció el hecho, sino que lo mantuvo en su cargo por dos días más. ¿Se infringió abiertamente la Constitución o la ley en este caso?

Si el exsubsecretario es un violador o no, es algo que deberá determinar la justicia. Pero determinar si el Presidente de la República o su ministra del Interior violaron la Constitución y las leyes, es responsabilidad del Congreso. En los 954 días que han pasado desde que asumió el Presidente Boric, nadie ha puesto en duda la legitimidad de su triunfo ni la validez de su ejercicio. Pero los graves hechos ocurridos esta semana abren una interrogante demasiado grande respecto de su criterio, competencia y capacidad para gobernar.

En pocos días, no solo se ha puesto en riesgo la seguridad de una investigación judicial, sino que aun más grave, se ha puesto en riesgo la seguridad del país. Y quienes nos lideran no parecen darse cuenta de la gravedad de los hechos y están absortos en un idealismo infantil que no les permite comprender a cabalidad el descriterio e irresponsabilidad política que han exhibido en estas horas.

Presidente, llegó la hora de reaccionar con fuerza y corregir los graves errores cometidos esta semana. Porque el violador de la Constitución no es el exsubsecretario, es usted.

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