Columna de Cristián Valenzuela: Ineptos

Incendio en Quilpué
Incendio en Quilpué


“Nunca antes en la historia de Conaf habíamos estado tan preparados para enfrentar una temporada de incendios forestales”, escribía el ministro de Agricultura 48 horas antes de que Viña del Mar ardiera por todos lados. Una hora antes de los primeros llamados a evacuar en la zona, la delegada presidencial subrogante, Paula Gutiérrez, destacaba la coordinación entre el gobierno, el municipio y los distintos organismos, afirmando que no había riesgo para las viviendas. Recién a las 8.30 de la noche, luego de decenas de muertos y cientos de casas arrasadas por el fuego, apareció el Presidente de la República, en su cuenta de twitter, citando al Comité de Desastres para que se junte a las 8 de la mañana del día siguiente. Literalmente, mientras Viña del Mar ardía.

Creo que es legítimo preguntarse, ¿por qué el Presidente recién dio la cara a las 9.30 de la mañana del día siguiente posando para una foto desde La Moneda? ¿Acaso no se dio cuenta o no le comentaron que el peor desastre de su gobierno estaba ocurriendo en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana? También es de sentido común cuestionar la permanencia del ministro Valenzuela en el gabinete, porque pese a que él afirmaba lo contrario, este es el peor incendio de nuestra historia reciente y nunca se había enfrentado tan mal una emergencia de este tipo. Y ni hablar de la delegada subrogante, que por sus declaraciones temerarias a minutos de la tragedia, debería estar detenida y formalizada por negligencia criminal.

Los ineptos son los necios e incapaces, los que no son aptos para hacer algo. Y este es un gobierno de ineptos, porque no están capacitados para gobernar y para proteger al pueblo de la delincuencia, de la crisis económica o de un incendio. El gobierno llegó mal y tarde a esta emergencia.

Algunos dirán que fueron las pavesas, esas brasas incandescentes que recorren kilómetros y que generan nuevos focos de incendios. Otros dirán que fueron los conejos, pirómanos, agentes terroristas extranjeros o activistas que buscaban dañar a los líderes progresistas de la Región de Valparaíso, como afirmó el gobernador Rodrigo Mundaca, mientras alimentaba a los patos que sobrevivieron en el Parque Botánico. Pero independientes de esas teorías, lo único cierto es que más allá de cómo comenzó el incendio, lo que hay determinar es por qué terminó tan mal y hacer efectivas las responsabilidades.

La Municipalidad de Viña del Mar, liderada por la alcaldesa Macarena Ripamonti, no tenía vigente el Plan de Emergencia Comunal ni un plan de evacuación ante incendios. Además, tampoco implementó completamente el plan de prevención de incendios forestales que presentó Conaf hace tres años y que recomendaba la instalación de 115 kilómetros de cortafuego, precisamente donde más se necesitaba y donde más fuerte se hizo sentir la tragedia.

El sistema de emergencias hizo agua, porque pese a las alertas masivas y repetitivas, las personas no sabían para donde evacuar y muchas de ellas murieron calcinadas en un atochamiento vehicular, del cual nunca pudieron escapar. ¿Dónde estaba la alcaldesa, el gobernador o la delegada mientras los viñamarinos ardían vivos?

La emergencia ya pasó y el incendio se extinguió. Lo que no puede extinguirse es la responsabilidad de una docena de autoridades y funcionarios ineptos que permitieron la muerte de cientos de personas inocentes. No hay llamado de unidad nacional ni incendio intencional que justifique la permanencia en el cargo de esos ineptos, porque nuevas emergencias están a la vuelta de la esquina. ¿Se imaginan un terremoto en manos de estos ineptos?