Columna de Cristián Valenzuela: La Constitución de los cuatro generales
Asesor: Presidente, bienvenido, ¿cómo le fue en su viaje?
Presidente: ¡Increíble! Me encanta viajar a Nueva York, todo ordenado, seguro y limpio. Y esos enormes rascacielos, ¡ah! me encanta el capitalismo bien hecho. Además, me fue increíble en el discurso, la sala estaba llena, me aplaudieron de pie.
A: Qué bueno, Presidente. Oiga, tenemos que tomar una definición sobre el proceso constitucional.
P: ¿Y por qué tenemos que decir algo?
A: Presidente, usted el año pasado fue el jefe de campaña del Apruebo, dijo que nadie podía pretender que fuéramos indiferentes.
P: Ya, pero nos sacaron la mugre, ¿para qué nos vamos a exponer de nuevo?
A: Presidente, hay mucho en juego.
P: Bueno, revisemos lo aprobado.
A: “Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico”.
P: ¡Qué hermoso! ¡Me encanta!
A: No, Presidente, ese era el texto de la Convención. El nuevo quedó así: “El Estado de Chile es social y democrático de derecho, que reconoce derechos y libertades fundamentales, deberes constitucionales, y promueve el desarrollo progresivo de los derechos sociales, con sujeción al principio de responsabilidad fiscal y a través de instituciones estatales y privadas”.
P: ¿Deberes? ¿Responsabilidad? ¿Privadas? Pero qué horror.
A: “La soberanía reside en el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones”.
P: Ah, pero qué bonito. ¡Marichiweu!
A: No, Presidente, ese también es de la Convención. El nuevo quedó así: “La soberanía reside en el pueblo de Chile, nación única e indivisible”.
P: Pero ¿quién está escribiendo esto? ¿La ultraderecha?
A: Sí, Presidente, ellos ganaron las elecciones.
P: Qué horror, qué retroceso. ¿Y qué pasó con el aborto libre? ¿Se aprobó?
A: No, Presidente. La Convención aseguraba a todas las mujeres y personas con capacidad de gestar las condiciones para una interrupción voluntaria del embarazo. Ahora, el Consejo establece que la ley protege la vida de quien está por nacer.
P: Pero si eso es igual a lo que tenemos hoy.
A: Sí, Presidente. Pero no conviene decirlo, por eso le pedimos a la Toti que salga a criticar.
P: ¿Y qué pasó con los migrantes?
A: Expulsión de inmigrantes ilegales en el menor tiempo posible.
P: ¿Y los fondos de pensiones?
A: Ya no podrán ser expropiados por el Estado y serán de propiedad de las personas
P: ¿Y el estado de emergencia?
A: Se mantiene en la Constitución, la Convención quería eliminarlo.
P: ¡Fascistas!
A: ¿Quiénes?
P: Los que quieren militarizar La Araucanía.
A: Presidente, La Araucanía lleva más de un año llena de militares
P: No es lo mismo, porque lo decretamos nosotros.
A: Por último, Presidente, se aprobó la rebaja de parlamentarios; la libertad de elección en salud; el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos; la libertad de enseñanza; el derecho a la vivienda propia; la defensoría de las víctimas; Estado sin pitutos ni abusos en servicios públicos.
P: Ya, basta, no siga.
A: Falta lo último.
P: ¿Qué?
A: Exención de contribuciones a más de 500 mil familias de clase media.
P: ¡Populistas!
A: ¿Qué haremos, Presidente?
P: En contra, ¡por supuesto!
A: Pero, Presidente.
P: ¿Qué?
A: La alternativa es la Constitución que escribieron cuatro generales.
P: Sí, pero ahora es diferente.
A: ¿Por qué, Presidente?
P: Porque (y comienza a entonar una marcha):
“Cesó el tronar de cañones
las trincheras ya están silentes,
y por los caminos del norte
vuelven los batallones,
vuelven los escuadrones,
a Chile y a sus viejos amores”.
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