Columna de Cristóbal Osorio: Listas de espera, promesas y análisis olvidados
El foco de atención está en el Hospital Sótero del Río, que eliminó más de 300.000 horas de interconsultas, lo que se está investigando y provocó la salida de su director. Las autoridades afirmaron que los pacientes afectados son solo 20.000 y han instruido el reintegro de 19.000 personas a las listas de espera.
Las listas de espera y su inadecuada administración no es algo nuevo. En 2023 el Ministerio de Salud informó que eran miles las personas fallecidas esperando atención médica y en 2017, se conoció la reducción artificial de las listas, a través de la derivación de casos a un centro sin autorización sanitaria, así como atenciones que requerían de especialistas realizadas por no especialistas. En síntesis, una política pública que naufraga y deja a miles de chilenos con diagnósticos claros, pero en la incertidumbre sobre la atención médica que requieren.
Tal vez lo más grave del asunto es que hay una gran abundancia de propuestas y análisis técnicos, todos olvidados.
En 2013 se prometió el fin de las listas de espera, lo que se tradujo en la reducción artificial, como lo corroboró la Contraloría en 2017. Ese mismo año, se creó la Comisión Asesora Ministerial para analizar las listas de espera. Dicha Comisión concluyó: “Técnicamente es importante comprender que en ningún país del mundo se han resuelto [las listas de espera] […] ya que aun cuando se aumente la producción de atenciones, a mayor oferta se expresará mayor demanda”.
Pese a que los expertos informan que las listas de espera tienen volúmenes sanitarios que las hacen imposibles de solucionar, y que solo se puede mejorar la gestión de sus tiempos de espera, el programa del Presidente Gabriel Boric prometió su reducción, mientras que el candidato José Antonio Kast fue más allá y comprometió su eliminación. Toda la técnica omitida.
Por otro lado, la Cámara en abril acordó requerir al Presidente impulsar “medidas legislativas y administrativas a fin de disminuir las listas de espera”, sin cuidar el hecho de que en 2018 la Comisión Investigadora sobre listas de espera de la misma Cámara emitió un informe en el que ya se enumeraban medidas, entre las destaca proporcionar un “buen sistema de información” para los pacientes a fin de “facilitar cualquier iniciativa de control y monitoreo”. Medida que, probablemente, habría evitado lo sucedido en el Hospital Sótero del Río.
Por su parte, la Corte Suprema dio la razón en 2023 a una mujer de la tercera edad que presentó una acción de protección por una larga espera para una cirugía, y el ex ministro Jaime Mañalich advirtió que esto puede derivar en una “epidemia” de demandas contra el Estado, por falta de servicio.
Quizás es hora de replicar lo sucedido con las Isapres (que atienden sólo al 17% de los cotizantes), asumiendo la crisis permanente del sistema de listas de espera, para que así emerja un ‘fast track’ legislativo y administrativo, pero esta vez con fórmulas que analicen todo lo prometido y los antecedentes técnicos.
Es el único modo de no estar repitiendo noticias que reflejan un país desigual y un Estado sin musculatura. De lo contrario, el sistema privado será visto como la única solución.
Cristóbal Osorio, abogado.
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