Columna de Daniel Grimaldi: La moderación como salida a la crisis
El ciclo electoral de polarización parece estar llegando a su fin o al menos en declive. Desde que se implementara el voto voluntario en 2012 se fortalecieron las posiciones radicales, llegando a su cénit post estallido social y los dos procesos constitucionales fallidos. Hoy, con voto obligatorio, el sentido común, la búsqueda de acuerdos y las posiciones legítimamente más dialogantes parecen ser más apreciadas por los electores, algo razonable teniendo a la vista lo infructuoso de los radicalismos.
Hasta hace poco se pensaba que los “nuevos electores obligados” eran despolitizados, de valores conservadores y muy influenciables por propuestas centradas en la inseguridad. Este sería un perfil favorable a la derecha más radical, pero los resultados de estas elecciones municipales y de gobernadores no reflejaron aquello. Si bien las preferencias electorales siempre pueden cambiar dependiendo el contexto y sobre todo en quienes se inician como votantes, hoy los ciudadanos enviaron un mensaje general a la política que puede señalar el camino de salida a esta crisis de confianza y estancamiento en la que nos encontramos desde hace años: la moderación.
Tanto en las elecciones municipales como en gobernadores triunfaron posiciones moderadas y fracasaron las candidaturas estridentes, rupturistas y radicales; es una buena noticia. Por otra parte, la derecha recuperó posiciones en alcaldías y su voto a nivel nacional se hizo más coherente en gobernaciones. Algo esperable, lo extraño fue que en la elección pasada obtuvieran solo una gobernación. Electoralmente el Chile de hoy es más coherente con la sociología política de cada territorio. Si las fuerzas políticas entienden bien el mensaje de los electores esta vez y no se dedican a especular como en la bolsa, debieran comenzar un claro proceso de unidad en cada sector para evitar la fragmentación y mantener una competencia “leal” al interior de cada conglomerado, tendiendo a la moderación de sus propuestas y estilos.
Claudio Orrego, apoyado por los alcaldes que lograron gran votación en Santiago, fue el mejor ejemplo de esa unidad y moderación que piden los electores y anuncia una alternativa que puede ser viable para la presidencial 2025. Claudio Orrego siempre ha querido ser presidente, es allá donde apuntan sus intenciones y este es su mejor momento, que, de definirse, debería consolidar en una gran primaria que legitime y agrupe a una nueva coalición.
En este escenario, las cosas se complican para Evelyn Matthei. Pancho Orrego su “estrella naciente”, ya tiene lo que realmente buscaba, un piso para ser parlamentario, pero la influencia y estilo del panelista de Sin Filtros puede terminar transformándose en un lastre para la candidata ya que no supo ir más allá del voto más disciplinado (aunque no convencido) de la derecha. ¿Se tornará la derecha hacia la moderación? Si lo hacen, sería señal que la política chilena comienza a retomar la cordura, pero falta un buen trecho aún para poder definirlo.
Por Daniel Grimaldi, director ejecutivo de Fundación Chile21
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