Columna de Daniel Grimaldi : Tercera cuenta, la ruta de salida
En la primera cuenta presidencial, Gabriel Boric mostró su propuesta al país; fue todo expectativas y fuerza. En la segunda se asumieron las limitaciones y dificultades, priorizando dentro del programa, pero cambiando el estilo en busca del diálogo en un contexto desfavorable. La tercera cuenta marca la ruta de salida de su gobierno y las condiciones en las cuales se dispone a enfrentar el último año en que puede dedicar mayores esfuerzos para concretar reformas tras largas negociaciones.
Hoy, Gabriel Boric muestra los buenos resultados del giro de su gobierno tras las dificultades del primer año y exhibe los frutos de un gobierno moderado. La recuperación del crecimiento, el empleo y el control de la inflación indican que lo peor en la economía chilena ya pasó y que los “brotes verdes” ya se están viendo gracias a una gestión competente y eficaz. Asimismo, el Presidente señaló muchos logros del período como una continuidad con el trabajo de anteriores gobiernos, socializó los éxitos en cierta medida y eso es una importante muestra de apertura y disposición al diálogo.
Muchas buenas noticias en materia de infraestructura y capacidades para el desarrollo con un sello de equidad, que son el testimonio de un gobierno que cumple sus compromisos. Sin embargo, restando cerca de un año de gestión real, al parecer quedan la mitad de los compromisos y sobre todo los más complejos, como pensiones, salud, pacto fiscal, reforma laboral y fin al CAE. Quedan grandes interrogantes sobre cómo encontrar una buena ruta de salida del gobierno.
En efecto, el estilo de la primera parte de la cuenta queda en suspenso tras las nuevas intenciones del gobierno para el período. Por una parte, es un acierto que el debate sobre el CAE se centre en un nuevo sistema de financiamiento de la educación superior con responsabilidad fiscal y no exclusivamente en la deuda. Sin embargo, los nuevos temas de la agenda (aunque no del programa), como la eutanasia y el aborto más allá de las tres causales, a pesar de su importancia, no teniendo una base sólida para avanzar en acuerdos para aprobarlos, pueden poner más obstáculos en la ruta de los manejables y así truncar las otras reformas prioritarias, que no se ven nada fáciles.
Para sacar adelante reformas en estos temas valóricos complejos se requiere una estrategia muy bien planeada y una máquina política de relojería. Sin embargo, sabemos que los buenos estrategas no abundan en el gobierno y cabe preguntarse por qué no se plantearon más bien para el cierre del gobierno. Si se está pensando usarlos como moneda de cambio para apoyos de los otros proyectos, pueden generar falsas expectativas en un electorado muy sensible a estos temas.
En política, como en agricultura, hay tiempos para sembrar y tiempos para cosechar y, en estos casos, siempre es mejor ser sinceros con los ciudadanos sobre el tiempo político en que estamos.
Por Daniel Grimaldi, director ejecutivo de Chile21
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