Columna de Diego Vela: El mundo al revés
Como hemos señalado, el texto a plebiscitarse en diciembre nos divide y no nos une. Se trata de una propuesta maximalista que no ayuda a solucionar las urgencias y necesidades que viven las personas. Quienes condujeron este proceso cometieron un error al desaprovechar la oportunidad de ofrecer un texto que fuera para todas y todos.
Esta propuesta constitucionaliza los problemas que tenemos, como el sistema de pensiones y de salud, aumentando los quorum para ser modificados, lo que vuelve muy difícil que la institucionalidad política pueda canalizar reformas, llegar a acuerdos transversales, y hacer las modificaciones urgentes para el país: pensiones, salud y tributaria.
Sobre esto último, se han levantado voces que denuncian algo que parece increíble, pero cierto. La propuesta reduce la cantidad de impuestos a pagar por parte de los sectores de mayores ingresos. En otras palabras, le quita recursos a quienes más los necesitan para entregárselos a los que más tienen. El mundo al revés.
La propuesta introduce dos normas tributarias que no son propias de una carta fundamental. Establece que “el inmueble destinado a la vivienda principal del propietario, sea que la habite solo o con su familia, en su caso, estará exento de toda contribución e impuesto territorial”. Esta norma afecta directamente a las comunas más pobres del país, que construyen su presupuesto en base a las contribuciones que pagan las comunas más ricas.
Cabe recordar que anualmente la recaudación bordea los 2 mil millones de dólares por las contribuciones y una parte relevante de esa recaudación proviene de los inmuebles de mayor valor. Así, según números publicados por el SII, se recaudan anualmente más de 250 millones de dólares por contribuciones de bienes raíces en la comuna de Las Condes, y el 77% de las viviendas a nivel nacional no pagan contribuciones.
Además, la exención y el transitorio de la norma son casi imposibles de implementar, y mientras el Congreso intente ponerse de acuerdo, los más ricos dejarán de contribuir. Entonces, ¿cómo van a dar respuesta, las comunas con menores ingresos, a las necesidades de sus vecinos? Queda claro que los únicos que se beneficiarían son los dueños de casas ubicadas en las comunas de mayores ingresos, quitándoles recursos a los más pobres para dárselos a los más ricos.
La segunda norma establece deducir de la base imponible los impuestos personales, cuidado o desarrollo de la persona y su familia. ¿A quién beneficiaría esto? Al ser un gasto deducible para efectos tributarios, únicamente a quienes están afectos al impuesto a la renta; esto es, los sectores de mayores ingresos, porque la mayoría está exenta de este impuesto.
Si llegase a ganar la opción A Favor, el fisco dejaría de recaudar casi 140 millones de dólares al año. ¿Quién pierde? Los sectores de menores ingresos, porque el Estado no podrá proveer derechos sociales. ¿Quién gana? Los sectores de mayores ingresos, porque van a poder pagar menos impuestos. El mundo al revés.
Por Diego Vela, presidente de Revolución Democrática