Columna de Elisa Walker: La integración de la comisión de expertos
El pasado 12 de diciembre se suscribió el “Acuerdo por Chile”, que fija las bases para el desarrollo de un nuevo proceso constituyente en nuestro país. Muchos fuimos espectadores del proceso y a ratos parecía que no iba a ser posible llegar a un entendimiento sobre esta materia tan importante. Por lo mismo, es importante valorar este acuerdo. Da cuenta de un ejercicio cívico y de generosidad por parte de los diversos actores políticos. Asimismo, reafirma la importancia de la vía institucional como mecanismo de solución de conflictos.
Tomando como antecedente el proceso anterior, el que, lamentablemente, fue un proceso fallido, se deben hacer los mejores esfuerzos para que este nuevo esfuerzo sea exitoso. La integración de la comisión experta juega un rol central en este éxito. Si hay algo que le faltó al proceso anterior, fue el desarrollo de habilidades políticas para llegar a acuerdos. El hecho de tener una indiscutible trayectoria profesional no asegura tener dichas habilidades, por lo que es esperable que la Cámara y el Senado consideren esta variable para efectos de hacer la designación de expertos y expertas.
Junto con la importancia de la política, hay otro aspecto que es de gran relevancia para efectos de tratar de que esta segunda oportunidad constituyente sea exitosa. Hay múltiples estudios que indican los beneficios que tiene para cualquier proceso el desarrollarse bajo parámetros de diversidad e inclusión. En esta misma línea, Naciones Unidas lleva algunos años promoviendo elementos de diversidad e inclusión dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como orientación que permiten construir sociedades sostenibles en el tiempo.
El diseño de la comisión experta tiene algunos aspectos que aseguran la incorporación de diversidad e inclusión en su integración. En primer lugar, se exige que sea una integración paritaria; segundo, que la representación se defina en proporción a las distintas fuerzas políticas, lo que asegura diversidad en cuanto a las visiones políticas de quienes integren la comisión. Ambos elementos son positivos, pero hay otros factores que podrían considerarse para fortalecer la diversidad e inclusión; por ejemplo, que quienes se integren sean de Santiago y de regiones, o asegurar la presencia de distintos grupos etarios. Finalmente, como este es un proceso normativo, puede existir la tentación de nombrar únicamente a constitucionalistas. Las bases constitucionales que forman parte del Acuerdo por Chile identifican varios elementos de gran relevancia para la nueva Constitución: conservación de la naturaleza, descentralización, pueblos indígenas, Estado social y democrático de derecho, y varios otros. Es de esperar que las personas que integren esta comisión provengan de distintas disciplinas, para efectos de poder abordar estas temáticas tan variadas y fundamentales en este proceso con conocimiento de causa.
Por Elisa Walker, abogada
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