Columna de Francisca Crovetto: La semana del polideportivo

Diablas


* Francisca Crovetto fue abanderada del Team Chile para los JJOO de Tokio 2020

El hockey y el rugby viven jornadas muy especiales. Me alegra que disciplinas diferentes al fútbol estén teniendo la relevancia que tanto tiempo han buscado. Es algo que se han ganado, con un trabajo silencioso que comienza a dar frutos. Dedicarse al deporte de alto rendimiento no es una decisión que se tome de un día para otro. Si bien hay excepciones, en general tampoco ocurre algo puntual que te lleva a tomar esa alternativa. Yo lo describiría más bien como una sucesión de experiencias, oportunidades y hechos vitales que te van trazando un camino.

En mi caso, uno de los primeros hechos ni siquiera fue practicando deporte. Era agosto del 2004 y Atenas recibía la edición número 28 de los Juegos Olímpicos. Desde el televisor de mi casa y gracias a que TVN trasmitió ese evento, tuve mi primer recuerdo olímpico. La inauguración de esos Juegos, donde el olimpismo volvía a su cuna y días más tarde las medallas olímpicas de Nico y Fernando cambiaron mi vida.

A lo largo de los años, el deporte chileno ha demostrado que es mucho más que fútbol. No ha sido sencillo romper el paradigma y la famosa frase de que “a la gente no le interesan los otros deportes”. Para ello, mucho ayudó la creación del Team Chile y el sentido de pertenencia que ha logrado, tanto en la cohesión interna como proyectándose en nuestra sociedad. También el auge de los medios digitales y el boom de las redes sociales, donde se ha sabido capitalizar la inquietud de conocer otros deportes y sus resultados.

Por supuesto que nada de esto sería posible sin los y las cientos de deportistas chilenos que han apostado por este camino y han demostrado que pueden pararse de igual a igual frente a potencias mundiales en sus disciplinas. Lo vimos esta semana con el equipo femenino de hockey sobre césped, jugando su primer mundial y ganándole a Irlanda, las actuales vicecampeonas del mundo.

Pienso en cómo “Las Diablas” con su debut mundialista pueden cambiarle la vida a una niña que conozca su hazaña. Pero para que eso suceda necesitamos la oportunidad de ser visibilizados, que vean el camino y sepan la historia de los deportistas chilenos. Para tocar corazones y motivar necesitamos ese espacio en los distintos medios de comunicación.

Hoy, en un momento donde sólo parecemos ver nuestras diferencias, proyectemos al deporte como una herramienta de unidad, entretención y esperanza. Si hay algo que todos los chilenos compartimos es el inmenso orgullo que sentimos al ver competir a alguien con nuestra bandera. No perdamos ese tesoro. El deporte puede iluminarnos sobre cómo construir una mejor sociedad.