Columna de Francisca González C. y Fernando González F.: Trasplante de órganos en Chile: análisis desde la ciencia

El reciente informe de la Contraloría General de la República sobre el proceso de procuramiento y trasplante de órganos en Chile ha encendido una controversia que revela, más que un problema puntual, las profundas grietas estructurales de un sistema que necesita cambios urgentes. Como científicos dedicados al área, consideramos fundamental abordar este debate desde una perspectiva informada y reflexiva, lejos de los titulares sensacionalistas que han predominado en la discusión pública.

Si bien el informe menciona que 84 pacientes no accedieron a un trasplante por incumplimientos en la lista de espera, esta cifra es incorrecta: solo nueve personas se vieron realmente afectadas. Las decisiones urgentes y dinámicas que caracterizan a la oferta de órganos para trasplante a menudo dejan vacíos documentales que, aunque comprensibles en el contexto médico, son fácilmente malinterpretados.

Por su parte, la acusación de conflictos de interés hacia el Coordinador Nacional refleja una falta de comprensión sobre las dinámicas del sistema de salud en Chile. En un país con pocos especialistas en procuramiento o trasplante, es muy poco probable que un coordinador nacional no esté ligado a algún centro asistencial. En particular, la donación entre vivos genéticamente relacionados no se gestiona centralizadamente, sino localmente en cada centro con programa de trasplante vivo.

El informe también señala la falta de autorización sanitaria para procurar órganos. Sin embargo, el problema radica en no cumplir con una exigencia adicional, impuesta como incentivo, de contar con un coordinador de procuramiento, y no así con la capacidad técnica para llevar a cabo procedimientos de alta complejidad.

La histórica pérdida de posibles donantes sigue siendo uno de los mayores desafíos del sistema de procuramiento. Aunque entre 2013 y 2017 el 87% de los posibles donantes no fueron registrados por fallas en la detección o aviso, los avances desde 2018 han sido significativos. Esto demuestra que, con las medidas adecuadas, es posible revertir tendencias negativas. Pese a ello, la mejora no ha sido suficiente para contrarrestar años de inercia y falta de políticas integrales, sobre todo en el ámbito del sistema privado.

Otro punto crítico es la falta de sesiones de las comisiones de trasplante, una situación que refleja las condiciones laborales y la escasez de recursos en la coordinación nacional. La alta carga de trabajo y la rotación frecuente del coordinador nacional podrían ser las razones de que estas comisiones no sesionaran.

La raíz de los problemas mencionados radica en la falta de relevancia política que se le ha dado a la donación de órganos en Chile. Mientras que en países como España o Estados Unidos la política está a cargo de instituciones autónomas y con financiamiento robusto, en Chile la Coordinación Nacional de Procuramiento y Trasplante es solo una unidad dentro de la División de Gestión de la Red Asistencial. Esta estructura limita su capacidad para actuar con eficacia, generar incentivos o sancionar incumplimientos.

El informe de la Contraloría no debe interpretarse como una denuncia de delitos, sino como una evidencia de mecanismos ineficientes. Sistemas informáticos obsoletos, protocolos insuficientes y la falta de poder político y financiero son los verdaderos problemas que afectan al sistema de procuramiento y trasplante. Por esto, es lamentable que una institución del Estado utilice un lenguaje alarmista para referirse a otra que, con recursos limitados y sin respaldo político suficiente, ha intentado cumplir su labor en un escenario adverso.

Chile necesita un sistema de procuramiento y trasplante que sea prioridad nacional, con autonomía, financiamiento y la capacidad de generar cambios estructurales. Los trasplantes no son solo un procedimiento médico; son una segunda oportunidad de vida para miles de personas. Si no abordamos esta crisis con seriedad y visión de futuro, seguiremos dejando vidas en espera.

Por Francisca González Cohens, Fernando González Fuenzalida, de Web Intelligence Centre (WIC), Ingeniería Industrial, U. de Chile