Columna de Francisca Jünemann: “La mujer informal”
"Medida necesaria es reestablecer el Subsidio al Empleo en la Línea Contrata para mujeres con niñas y niños en edad preescolar, incentivando su contratación. Debemos ser muy responsables con las posibilidades de empleo formal de las mujeres que más ayudan necesitan. Las políticas públicas no les pueden seguir fallando."
Zoom de Género de mayo, el informe laboral mensual de OCEC UDP y ChileMujeres, nos muestra una realidad que nos debe preocupar y que las políticas públicas se deben tomar en serio: la variación anual de la informalidad ha aumentado y ese aumento está radicado exclusivamente en las mujeres y principalmente en sus trabajos dependientes y en quienes tienen niñas o niños menores de tres años. Es decir, este grupo de mujeres está aumentando en trabajos bajo subordinación y sin contrato.
Si bien la principal alza de la informalidad es en el empleo dependiente de las mujeres, en todos los tipos ocupacionales -asalariados, por cuenta propia y domésticos – éste ha aumentado, mientras que en los hombres ha disminuido en todos los segmentos. Por lo tanto, no podemos hablar de aumento de informalidad en general, sino de aumento de la informalidad laboral femenina.
Así, este zoom nos muestra el castigo al grupo donde se enquistan los costos laborales asociados exclusivamente a la maternidad y ninguno a la paternidad, siendo el más alto el de tener o pagar sala cuna a partir de la mujer número 20 contratada.
El mantener sin reformar esta norma sin universalizar el derecho a sala cuna, está agudizando el efecto adverso que tanto hemos advertido al encontrarnos en un momento de contracción económica.
Las empresas además, de contratar a una madre o padre de un niño o niña menor de 12 años, tienen la obligación de ofrecerles teletrabajo mientras se mantenga la alerta sanitaria hasta Agosto. Como son las mujeres quienes principalmente teletrabajan, esta imposición podría estar desincentivando aún más su contratación.
A pesar de esta evidencia, el gobierno presentará un proyecto sobre conciliación trabajo, familia y vida personal que establece el derecho permanente y unilateral de las madres y padres con niñas y niños menores de 12 años.
El teletrabajo debe ser un acuerdo, un pacto. Ni la empresa puede imponerlo contra la voluntad de las personas, ni ellas contra la voluntad de la organización. Porque lo que sucederá, es que serán principalmente las mujeres quienes exigirán este derecho y las organizaciones lo deberán aceptar, pero esas mujeres luego serán rezagadas y las primeras en ser desvinculadas.
Además, en una propuesta excluyente, que radica el derecho a teletrabajar sólo en un grupo determinado, cuando la legislación vigente permite pactar teletrabajo total o parcial a todas las personas de acuerdo a todas las necesidades y de muchas formas. Y aunque la posibilidad de acuerdos para el resto se mantenga, habrá un grupo con derecho preferente, afectando la igualdad ante la ley.
Es necesario eso sí, al haber desequilibrios de fuerzas negociadoras, que se establezca el derecho a solicitar teletrabajo o trabajo híbrido (que no es lo mismo a imponer) mediante un procedimiento determinado, donde la persona exponga sus necesidades a la empresa, y ésta, de una respuesta por escrito dentro de un plazo definido, como reiteradamente se lo hemos propuesto al Ministerio del Trabajo.
Otra medida necesaria es reestablecer el Subsidio al Empleo en la Línea Contrata para mujeres con niñas y niños en edad preescolar, incentivando su contratación.
Debemos ser muy responsables con las posibilidades de empleo formal de las mujeres que más ayudan necesitan. Las políticas públicas no les pueden seguir fallando.
* La autora es presidenta de la Fundación ChileMujeres.