Columna de Francisco de la Cerda: Peso chileno aún tendría espacio para fortalecerse, pero la volatilidad continuaría presente durante la primera mitad del año
"El peso chileno tendría espacio para fortalecerse durante este año, ante conducido principalmente por una mejora en el escenario internacional y una menor incertidumbre política local en comparación a los últimos tres años. Así, la paridad podría cerrar el año en torno a 770/USD o menos."
Como ya comentaba el ministro Marcel hace unos días, la paridad del peso chileno sobre los 1,000/USD parece haber quedado en el pasado. Sin embargo, las cifras positivas de empleo en Estados Unidos del viernes pasado llevaron a que las expectativas del mercado internalizaran un ciclo algo más largo de alzas de tasas por parte de la Fed, lo que apreció el dólar estadounidense y llevó el peso chileno de niveles de 780/USD a algo sobre los 800/USD.
Si bien esto nos da señales de que la economía mundial aún se encuentra en proceso de normalización y la volatilidad continuaría presente (principalmente durante la primera mitad del año), tanto las condiciones internacionales como locales apuntan hacia un fortalecimiento del peso chileno durante este año.
En cuanto al escenario internacional, las expectativas del mercado apuntan a una recesión leve en EEUU durante la primera mitad del año (con un crecimiento esperado de sólo 0.5% para 2023 y con la curva de tasas de interés invertida en torno de 100 puntos base). Así, consideramos que la Fed estaría cerca de terminar con el ciclo de alzas de su tasa de interés, lo cual podría ocurrir en su siguiente reunión de marzo o a más tardar en mayo, lo cual se ubica bastante en línea con lo que se encuentra internalizado en los precios de los activos.
Entretanto, el mercado del cobre también resultaría favorable para la apreciación del peso chileno en el corto y media plazo. En particular, la depreciación del dólar estadounidense y la escasez de nuevos proyectos mineros mantendría el precio en torno a los niveles actuales (USD 4,0-4,5/lb.) durante este año. La debilidad de la liquidez en China y el superávit global de cobre en 2023 -inducido por la introducción de nuevos proyectos en Chile, Congo y Serbia- es un factor que impediría ubicarse sobre USD 5/lb. en este semestre. Hacia adelante, la mayor demanda global por cobre inducida por la transición hacia la electromovilidad, la posible inclusión del cobre dentro de la lista de metales estratégicos por parte de EEUU y la ausencia de nuevos proyectos mineros que logren satisfacer esta mayor demanda podría llevar a que el precio del cobre se dispare desde 2025 en adelante, hasta USD 6,0/lb. o más.
En cuanto al plano local, existen algunos indicios de que la recesión económica actual podría intensificarse en la primera mitad de este año, la pregunta es qué tan duradera y profunda será ésta. En primer lugar, la política monetaria en niveles altamente contractivos comenzaría a hacer efecto. En segundo lugar, los agregados monetarios ya dan cuenta de una significativa contracción, con el M1 (depósitos en cuenta corriente + circulante) cayendo -36% real a diciembre 2022 y ubicándose en niveles similares a los observados previo a la pandemia. Por su parte, las importaciones sin combustibles caen en torno a -27% a/a, con las de bienes de consumo haciéndolo -31,7% a/a y las de capital -8,6% a/a a diciembre 2022. Así, la economía chilena caería cerca de -2,0% en 2023, pero con la caída de la actividad concentrada en la primera mitad del año y con ésta yendo de menos a más.
Cabe destacar que, en caso de materializarse la ampliamente esperada contracción de la actividad y el gasto privado, contribuiría a una rápida reducción de la cuenta corriente, lo cual ya habría comenzado en el cuarto trimestre del 2022 (tras ubicarse en un -9,9% del PIB al tercer trimestre del año pasado). Así, la vulnerabilidad del peso a shocks externos también tendería a disminuir.
Entretanto, la incertidumbre política local ha disminuido considerablemente. El nuevo proceso constituyente, si bien cuenta con riesgo (más que mal, estamos reevaluando la institucionalidad que regirá en el país), cuenta con reglas más claras que el fallido proceso anterior. Además, el gobierno del Presidente Boric ha ido dando un giro evidente hacia la moderación en su agenda de reformas.
Con todo, el peso chileno tendría espacio para fortalecerse durante este año, ante conducido principalmente por una mejora en el escenario internacional y una menor incertidumbre política local en comparación a los últimos tres años. Así, la paridad podría cerrar el año en torno a 770/USD o menos.
El principal riesgo para este pronóstico es que el congreso opte por impulsar nuevamente medidas populistas, como nuevos retiros de fondos de pensiones o nuevos IFEs, arrebatándole nuevamente la iniciativa exclusiva al presidente y perpetuando el parlamentarismo de facto. Ante la materialización de este escenario, los factores locales más que compensarían la mejora de las condiciones internacionales.
* El autor es economista senior de LarrainVial Research.