Columna de Gabriel Alemparte: Boric unplugged
El secuestro y homicidio de un disidente y asilado político, el teniente Ronald Ojeda, sacado a media noche de su casa, semi desnudo, en una operación de características de inteligencia militar, y los 135 muertos en los cerros de Viña del Mar por un evento predecible como un incendio -que le habrían costado un escándalo a cualquier gobierno, por la falta de previsión, no fueron suficientes para el “desaparecido” Presidente Boric en vacaciones estivales.
En “modo” Festival de Viña al volver, su primer acto público fue defender vía X al Partido Comunista, señalando que no entendía un supuesto anticomunismo en el contexto actual. Ninguna palabra para la familia del teniente Ojeda y, por último, para el gravísimo hecho de seguridad -y no sabemos aún- si de violación a la soberanía.
Ese mismo día, el PC, el mismo que no dijo absolutamente nada sobre el secuestro y homicidio del teniente, disidente acérrimo de la dictadura de Maduro, aplaudió hasta el hartazgo al Embajador de Venezuela en Chile en un acto público. Una bofetada en la cara a la familia de un asilado político asesinado. Recordemos, guardando las prudentes comparaciones, los asesinatos del general Prats, Orlando Letelier o Bernardo Leighton, y las explicaciones iniciales de la dictadura. Crímenes pasionales o ajustes de cuenta fueron titulares. Sólo a poco andar se sintió el rigor de la solidaridad de países que despertaron ante el horror de asesinatos en el extranjero. Sólo años más tarde llegó la justicia chilena.
¿Qué dictadura reconocerá un crimen en suelo extranjero por un grupo de comandos especialmente entrenados para ello? La respuesta es ninguna.
Conocido y reiterado por especialistas es que el servicio secreto cubano dirige personalmente la inteligencia de Caracas para dotar de seguridad a la narcodictadura de Maduro, a cambio de la ayuda que requiere Cuba.
Lo anterior es, en palabras de la ministra Camila Vallejo, y en los dichos del mismo Presidente Boric, inspirado tal vez por el afán electoral revisionista que crece cuando se acercan los dos años de mediocre mandato, y las presiones del Frente Amplio o la del PC después de los gestos republicanos del Presidente en los funerales de su antecesor, el motivo de la total desconexión twittera del primer mandatario.
Los discursos revisionistas de Vallejo y Winter son eso, lo mismo que el tweet desorientado de un Presidente acorralado por su propia gestión.
Mientras todo esto ocurre, uno observa como la Ministra Tohá (a cargo del país esos días) y Manuel Monsalve, ambos del Socialismo Democrático, ya no sólo pagan los costos de estar en el gobierno, sino que traicionan en silencio la arremetida del ala izquierda, que no hace gesto alguno ante un asesinato con características que podrían indicar la ejecución de manu militari venezolana.
La pregunta, es ¿cuánto más seguirá resistiendo este revisionismo el Socialismo Democrático y hasta donde llegará su paciencia con el alma que auspicia y sonríe callada ante el horror? La respuesta está por verse, mientras el PC niega comisiones especiales para tratar un tema gravísimo, el gobierno, desde el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, trata de desactivar una vez más una crisis, la que a sectores de la ultra izquierda poco les importa.
Una última pregunta salta a la vista. ¿Otros servicios de inteligencia extranjeros que operan en Chile, detectaron esta operación? ¿No habrá también una vuelta de mano de países con los que el Presidente Boric ha llevado pésimas relaciones internacionales? Sólo recordemos la troika Irán, Venezuela, Cuba y Bolivia.
Todo está por verse, pero hay que recordarle a la ministra Vallejo que no se trata “de anticomunismo”. Es sentido de realidad. Quien no se adecuó al mundo post Muro de Berlín fue su propio partido, en 1989 al caer la mole, miles de alemanes corrieron hacia el oeste y no de vuelta al este. Sólo para meditarlo.
Por Gabriel Alemparte, abogado.