Columna de Gabriel Zaliasnik: El palacio encantado

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En “El Palacio Encantado” de Edgar Allan Poe, hay una poderosa metáfora que refleja cómo un mal gobierno puede destruir los avances previos de una nación. Poe presenta un palacio espléndido, un símbolo de prosperidad y belleza, que gradualmente se convierte en una ruina desolada. Este proceso de deterioro puede compararse con la situación de Chile donde la incompetencia gubernamental y la corrupción erosionan logros significativos del pasado. Paradigmático es lo que sucede con los programas de salud pública, y en particular con la crisis del programa de vacunación contra la influenza.

En efecto, según se ha hecho público, a la fecha la vacunación de los grupos de riesgo supera levemente el 60%, muy lejos de las históricas cifras que realzaban a Chile en el contexto de la OCDE. La mala gestión y comunicación del riesgo sanitario ya han costado la vida a cinco personas en Ñuble, desconociéndose la real cifra de fallecimientos pues las autoridades de salud poco y nada han informado. Este ejemplo es particularmente llamativo, pues son precisamente las actuales autoridades las que en su momento agresivamente cuestionaron el exitoso manejo de la pandemia de Covid 19 del anterior gobierno. La instrumentalización política de la pandemia por parte de la entonces oposición, usando los embates de Izkia Siches, que le permitieron alcanzar el cargo de ministra de Interior en una rápida y furiosa carrera (trató de “infelices” a las autoridades de salud); las falacias de la actual subsecretaria de Salud Andrea Albagli (quien acusó “manipulación de cifras”, y al menos tardíamente se disculpó), o las injuriosas palabras del anterior subsecretario Cristóbal Cuadrado (acusó “manejo criminal de la pandemia”), fue vergonzosa. Lo mismo con la fallida acusación constitucional contra el exministro Jaime Mañalich, la que paradojalmente acusaba en uno de sus capítulos una “equivoca comunicación de riesgo sanitario”. En términos simples, aquello por lo que infundadamente se cuestionó al ministro de Salud de la época, es precisamente aquello en lo que las actuales autoridades han incurrido.

La perspectiva del tiempo es una balanza fiel a la hora de juzgar acciones y posiciones del pasado pese a que en Chile hay una tendencia galopante a olvidar hasta los acontecimientos recientes. El vértigo de las redes sociales, y la capacidad infinita de expertos en comunicación política para torcer la agenda noticiosa, disimula la irresponsabilidad de quienes hoy ejercen cargos de gobierno. Por lo mismo, el poema de Poe resuena como advertencia. Es demasiado fácil transformar un país próspero en uno sumido en la desesperación. El mal manejo de los programas de vacunación, cruciales para prevenir enfermedades como la influenza, prueba aquello y simultáneamente evidencia que la salud pública no debió jamás ser utilizada como campo de batalla política.

Por Gabriel Zaliasnik, profesor de Derecho Penal, Facultad de Derecho U. de Chile