Columna de Gabriel Zaliasnik: En el país del nunca jamás

Carabineros
En el país del nunca jamás.

La verdad sobre lo que ocurrió en Chile en aquellos oscuros días de octubre de 2019 no puede ser borrada ni reinterpretada.



Jorge Teillier, en su poema “Un desconocido silba en el bosque”, nos sumerge en una atmósfera de misterio, donde el pasado y el presente se confunden en un paisaje que parece estar al borde de lo onírico. El silbido, que resuena sin que uno pueda identificar su origen, bien podría ser una metáfora de lo que está ocurriendo en estas semanas estivales en Chile.

En efecto, la vocera de gobierno señaló “no recordar en ningún momento que haya habido enfrentamientos directamente con Carabineros” por parte de personeros del actual gobierno, incurriendo en una grotesca falacia y conveniente amnesia política para borrar de la memoria colectiva la violencia incurrida o inducida por las actuales autoridades durante la asonada de octubre de 2019. Pretender desconocer hoy la existencia de dichas acciones -debidamente registradas-, así como su carácter golpista, es una conducta tendiente a reescribir la historia reciente de Chile. Lo mismo ocurre con la pretensión de reubicar la estatua del general Baquedano desde su tradicional emplazamiento en plaza Italia.

Ciertos sectores impulsan la idea de que el mal llamado “estallido social” fue una expresión legítima de demandas populares, cuando en realidad fue una asonada golpista que dejó un rastro de violencia, destrucción y vulneración de derechos. La quema del Metro, iglesias, edificios patrimoniales, no fueron actos carnavalescos ni primaverales. Por ello, es grave que con narrativas edulcoradas y discursos falaces se pretenda borrar del recuerdo colectivo la naturaleza antidemocrática de esos hechos.

Como el poema de Teillier, que evoca una presencia que acecha sin revelarse del todo, una sombra que se mueve entre los árboles, cuando se manipula la historia, la verdad se oculta, se distorsiona, y se reescribe con un propósito ideológico. El resultado es un relato incompleto, fragmentado y engañoso que busca moldear la memoria colectiva. En el país del nunca jamás, la realidad se deforma y los hechos se convierten en piezas de un relato donde los culpables se transforman en víctimas y los actos violentos en episodios aislados o transitorios; o, incluso, de resistencia. Sin embargo, la historia no es un objeto que pueda ajustarse a conveniencia. La verdad sobre lo que ocurrió en Chile en aquellos oscuros días de octubre de 2019 no puede ser borrada ni reinterpretada.

Chile padece un síndrome de Estocolmo colectivo, intentando conciliar el natural deseo de seguir adelante con el maniqueo prisma impuesto por la extrema izquierda antidemocrática que buscó derrocar al gobierno del Presidente Piñera. El relato negacionista de la vocera y la remoción de la estatua del general Baquedano encierran por ello -al igual que el silbido del poema de Teillier- una amenaza latente, que puede convertirse en eco de una mentira mayor y un verdadero peligro para la democracia y convivencia futura.

Por Gabriel Zaliasnik, profesor de Derecho Penal, Facultad de Derecho, Universidad de Chile

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