Columna de Georgiana Braga-Orillard: Chile hacia 2024: En busca de nuevos espacios de encuentro

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¿“Solitud” o “soledad”? La belleza de la lengua española con su diversidad, tal vez aún no tenga amplitud para abarcar el sentimiento chileno en los tiempos de post-pandemia y post-estallido social.

En dos de los grandes hitos que marcaron Chile en 2023, la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado y el segundo plebiscito de salida constitucional, hay un tema principal que se repite: el desencuentro.

En los estudios sobre percepción que realizamos desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 2023, ya sea a través de encuestas y grupos focales, hemos podido tomar la temperatura de las preocupaciones de las chilenas y los chilenos durante este año.

La gama de preocupaciones es amplia: derechos sociales, como la salud, vivienda y educación, seguridad social y seguridad ciudadana, como lo señalan los resultados de nuestras recientes “Escuchas Constitucionales”. Las preocupaciones también incluyen los efectos del cambio climático, reiterados en nuestro último estudio “Chile frente al Cambio Climático”, donde se expresa claramente que la ciudadanía ya observa sus efectos en la vida de las comunidades.

El sentimiento expresado en estos ejercicios es común. Hay un anhelo y expectativa de que se escuche a la ciudadanía y una voluntad de participación. La conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado de 1973 demostró esa necesidad de acercamiento de la ciudadanía y la búsqueda de un relato mínimo común que permita al país hacer el debido duelo y avanzar.

Los hitos de 2023 y su resolución —o la ausencia de ella— apuntan a una dirección de falta de encuentros para que muchas de las preocupaciones mencionadas obtengan respuestas desde la política, así como también desde las comunidades.

Si bien los retos son grandes, Chile ha demostrado ser un país altamente resiliente y que, con trabajo conjunto, tiene la capacidad de ofrecer respuestas innovadoras. En este contexto, tal vez la pregunta que nos deja el año sea justamente de qué forma y a qué velocidad el país podrá conducir esos cambios, teniendo como marco un encuentro y diálogo tan necesarios. La pregunta para 2024 es entonces cómo podemos fomentar más y mejores espacios de encuentro cercanos a las y los ciudadanos. Especialmente en un año de elecciones regionales y comunales, la respuesta debe venir justamente desde allí, los territorios y sus habitantes.

Por Georgiana Braga-Orillard, representante residente PNUD Chile

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