Columna de Georgiana Braga-Orillard: ¿Cómo apoyamos la aceleración de la acción climática desde el nivel local?
La ola de calor en países del hemisferio norte y los recientes incendios e inundaciones en Chile han impulsado una frecuente pregunta de parte de la ciudadanía: ¿cómo apoyamos la aceleración de la acción climática y participamos con soluciones locales a la respuesta global?
El cambio climático es un desafío multidimensional, con perspectiva ambiental y también política, social, económica y ética. Por ello, el trabajo a escala local es indispensable, y las acciones de mitigación un factor tangible para la gente. La planificación urbana, la promoción de la electromovilidad, la mejora de los estándares de construcción de viviendas, el fomento de la infraestructura verde y una gestión eficiente de residuos mejoran el bienestar de las personas, más allá de materializar un futuro resiliente para sus comunidades.
Durante los últimos años Chile se ha destacado internacionalmente por su compromiso en materia climática, lo que se ha expresado en hitos como la elaboración de su Estrategia Climática de Largo Plazo y la promulgación de una Ley Marco de Cambio Climático en junio de 2022, que establece la obligatoriedad de elaboración de planes de acción a nivel comunal.
Dado su alto grado de vulnerabilidad, Chile debe, a la vez, invertir en carbono neutralidad y en resiliencia climática. Esto se refleja en la ley que establece el objetivo de lograr la neutralidad de carbono en el país para el año 2050. Es decir, cambiar la forma en que vivimos para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y prepararnos para hacer frente a los impactos del cambio climático, como aluviones, escasez de agua, incendios forestales y el aumento del nivel del mar.
Para apoyar este camino, hemos presentado una guía metodológica para la acción comunal en cambio climático desarrollada por PNUD, el Ministerio del Medio Ambiente, Subdere y la Asociación Chilena de Municipalidades. Un esfuerzo conjunto que busca contribuir a descentralizar la acción climática nacional; fomentar la participación e inclusión de grupos y territorios vulnerables; ampliar y profundizar la participación ciudadana, con perspectiva de género.
La elaboración de esta guía nos permitió comprender los rasgos comunes que marcan la participación de los gobiernos locales y actores de la sociedad civil en la acción climática en Chile. Valorando sus particularidades, se pueden construir relaciones más cercanas entre las personas e instituciones, y es aquí donde la ciudadanía puede participar más activamente para promover soluciones y escalar innovación local.
El trabajo a nivel local representa una oportunidad invaluable para construir una nueva visión de futuro y anticipar los inevitables “trade-offs” o compensaciones que surgirán durante la transición hacia un estilo de vida con una menor huella de carbono. Al abordar estos desafíos desde una perspectiva local, podemos encontrar un equilibrio entre las diversas necesidades y prioridades, fomentando una transición más justa y sostenible hacia un futuro más resiliente.
En conclusión, es evidente que hemos superado la etapa de los diagnósticos con relación al cambio climático. La ciencia ha dejado en claro la urgencia de actuar y las consecuencias de la inacción son innegables. Tanto el país, su gente, como sus instituciones poseen las herramientas y el conocimiento necesarios para abordar las amenazas del cambio climático. Tenemos una responsabilidad conjunta de fomentar un modelo más sostenible, por lo que es imperativo que nos enfoquemos en acelerar nuestra respuesta colectiva. Es hora de convertir esta crisis en una oportunidad transformadora.
Por Georgiana Braga-Orillard, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Chile