Columna de Giorgio Jackson: Respeto
El 23 de octubre de 1973, Mercedes Bulnes, de 23 años y embarazada, junto a Roberto Celedón, de 26, fueron detenidos y torturados por pensar distinto al régimen dictatorial de la junta militar liderada por Augusto Pinochet. Así consta en el informe Valech y así fue refrendado por la justicia, que en 2017 falló a favor de la pareja y en contra del excapitán del Ejército.
Tras ocho años en el exilio, ambos volvieron a Chile y ejercieron la profesión de abogados, arriesgando sus vidas para ejercer la defensa —muchas veces impotente— de quienes estaban sufriendo la represión dictatorial.
A fines del mes mayo de este año, la diputada electa por el distrito 17, ubicado en la Región del Maule, anunció que padecía de un cáncer de colon. Dado lo avanzado de la enfermedad, anunció que debía tomar una licencia médica para iniciar sus tratamientos.
Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos del personal médico del Hospital del Salvador, a quienes su familia extendió su enorme gratitud, las consecuencias del cáncer en el cuerpo de la exdiputada terminaron con su vida el pasado viernes.
Tras su muerte, miles de condolencias a su familia y merecidos reconocimientos a su historia de lucha por la justicia coparon las redes sociales y los medios de comunicación.
“A pesar de las diferencias siempre tuvimos una relación de respeto y cordialidad”, escribió en redes sociales el diputado republicano Luis Sánchez, en un intento de enviar condolencias. ¿Qué entenderá por respeto el diputado? ¿Forzar a una mujer de 74 años, en fase terminal de un cáncer de colon, a asistir a una sesión de acusación constitucional al no darle un pareo, cabe en ese respeto? ¿Negar, por un cálculo político, no una, ni dos, sino tres veces —y a pesar de su solicitud explícita a través de videos y mensajes en redes sociales— su reemplazo de la Comisión de Ética al no poder participar por estar en su tratamiento, sería una nueva forma de entender la cordialidad? ¿Reivindicar una dictadura que violó los derechos fundamentales de Mercedes —recordemos, entonces embarazada— y Roberto darían la pauta de lo que el respeto y la cordialidad representan?
Otro diputado que —de camisa y corbata— votó por impedir el reemplazo de la exdiputada en la Comisión de Ética, Johannes Kaiser, explotó escandalizado en una transmisión frente a sus seguidores por la camisa que llevaba el Presidente Gabriel Boric en la ceremonia del Congreso Nacional. La familia fue tajante al manifestar su dolor frente a las distintas formas de utilización política de la derecha frente a la enfermedad y muerte de Mercedes, además de agradecer las muestras de genuino cariño y solidaridad recibidas. “La dignidad del cargo no está en su vestimenta”, señalaron.
“Yo respeto al otro, pero pido que ese otro me respete a mí, a ti y a todas las personas”, aparece diciendo la exdiputada en un video que ha circulado por las redes sociales. “Cuando negamos lo que pasó o lo minimizamos o lo banalizamos, estamos arriesgando repetir”, concluye. Lo dice de una manera tan dulce que hace olvidar por un segundo por todo el tormento que tuvo que pasar.
Mercedes Bulnes será recordada como una mujer que logró sobreponerse a los traumas más complejos que una persona puede verse sometida, para luego manifestar interés genuino por, dicho en sus palabras: “Construir un mundo mejor en que todos quepamos”. Espero que su sensible fallecimiento haga recapacitar a quienes durante sus últimos meses de vida rompieron códigos más mínimos de convivencia, que van más allá de cualquier diferencia política, y en vez de fingir el respeto que no tuvieron, sean capaces de hacer un mea culpa frente a su familia.
Por Giorgio Jackson, ex Ministro de Desarrollo Social.
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