Columna de Gonzalo Cordero: Apoyo a los grandes acuerdos
Dirigentes de oposición han criticado la falta de disposición al diálogo que habría primado en el segundo proceso constitucional y han llamado a diferenciarse del Partido Republicano en su actitud cerrada y confrontacional.
“Aprendamos la lección, Chile necesita una centroderecha con identidad y proyecto propio, no una centroderecha atrincherada ni mimetizada con proyectos ajenos. Una centroderecha con vocación de mayoría y una agenda reformista anclada en sus principios. Una centroderecha dialogante que, sin renunciar a sus convicciones, apele a su tradición de ser promotora de buenos acuerdos por el bien de Chile”, dijeron 30 dirigentes de los partidos de ChileVamos en una carta que se hizo pública.
Nadie debiera estar en desacuerdo con lo señalado en este párrafo. La oposición no puede mimetizarse, por ejemplo, con proyectos estatistas que buscan transformar parte de las cotizaciones previsionales en un nuevo tributo que se destina a fines redistributivos, porque ello convierte la llamada reforma previsional en una tributaria, creando un nuevo impuesto al trabajo que sería injusto y regresivo. Esta es la posición de la gran mayoría del país, que este sector tiene que representar y que no puede abandonar, atrincherándose en una conversación cupular aislada de lo que la gente pide.
Tampoco podría mimetizarse con quienes promueven que el Estado asuma roles de decisión en la administración o inversión de los ahorros de los trabajadores; o con los que, bajo la denominación de “pacto fiscal”, quieren seguir aumentando la carga impositiva, ahogando aún más la inversión, el crecimiento y el empleo. Porque la centroderecha tiene un proyecto claro: la movilidad social, basada en la libertad individual y el emprendimiento.
Mimetizarse con quienes promueven dar a la burocracia estatal el rol de gran árbitro de los proyectos de vida, determinando el progreso que es justo o injusto, así como la asignación de bienes y oportunidades, sería una renuncia a sus convicciones que no podría hacer.
La centroderecha debe ser dialogante y debe promover los grandes acuerdos que Chile necesita. Por ejemplo, hay tres que parecen obvios: uno por el crecimiento, otro por la seguridad y finalmente uno para reformar el sistema político.
Para el primero, hay múltiples y serios trabajos realizados en los centros de estudio de este sector. Debiera eliminarse, desde luego, el impuesto a las utilidades reinvertidas, pues la inversión está prácticamente detenida. Como esta, hay muchas otras medidas de rebajas de impuestos, reducción del gasto público y eliminación de burocracia que son urgentes y están en la esencia del proyecto político de ChileVamos.
Las reformas en seguridad son conocidas y respecto del sistema político está hecha, para reducir el número de parlamentarios y terminar la excesiva fragmentación. Un sistema político que termine la polarización y permita los grandes acuerdos.
Si la izquierda no tiene voluntad de diálogo, que los chilenos resuelvan en las próximas elecciones.
Por Gonzalo Cordero, abogado
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