Columna de Gonzalo Said: “El engranaje perfecto: un llamado a la colaboración”
"Si logramos unir esfuerzos, congresistas desempeñando un trabajo virtuoso que combine política y técnica, y representantes de la sociedad civil aportando ideas para mejorar las políticas públicas, podemos construir un engranaje perfecto. Cada pieza, por mas pequeña que sea, contribuirá de manera armónica al bienestar de todos, impulsando el desarrollo y el crecimiento del país."
Los relojes mecánicos son una maravilla de la ingeniería que nos enseñan una valiosa lección: cada pequeña pieza es crucial para su funcionamiento preciso y armonioso. De manera similar, en las complejas sociedades modernas, cada estamento debe desempeñar un papel definido y contribuir al bienestar general.
La vorágine de los cambios hace indispensable una actualización permanente de los marcos regulatorios. Aquí el poder ejecutivo y el legislativo, en calidad de colegisladores, y la sociedad civil, representada por académicos, gremios empresariales, organizaciones sindicales, representantes de los consumidores, entre múltiples otros, se involucran en la discusión legislativa aportando su experiencia y propuestas para enriquecer la tramitación de los proyectos.
Es claro que el proceso legislativo tiene una dimensión política, ya que parlamentarios representan las voces de sus electores en la discusión de iniciativas de ley y buscan reflejar sus sensibilidades en las leyes. Sin embargo, también es imperativo que este proceso posea una dimensión solida técnica. No podemos permitir que la política dictamine exclusivamente el rumbo de nuestras regulaciones, ya que esto podría llevar a decisiones fluctuantes basadas en mayorías circunstanciales. En cambio, un auténtico liderazgo político busca representar los intereses ciudadanos, asegurando marcos regulatorios modernos que fomenten el progreso del país.
Para lograr este equilibrio, es crucial que los parlamentarios busquen asesoría y conocimiento especializado. Es prácticamente imposible que se conviertan en expertos en todos los ámbitos que deben legislar, especialmente en una época donde la especialización y complejidad se vuelven la norma. Aquí es donde los gremios empresariales tienen un valioso aporte que hacer, ya que su capacidad analítica y experiencia pueden ser insumos esenciales para la tramitación legislativa.
Sin embargo, en esta colaboración, es primordial alejarse de defensas corporativas y velar por que las políticas públicas beneficien tanto al desarrollo económico como al social. Todos debiéramos acoger ideas de perfeccionamiento y propuestas para evitar problemas en la implementación de nuevas regulaciones, sin sentirnos amenazados o contrariados.
Para alcanzar esta colaboración fructífera, se requiere una base de confianza mutua. Los parlamentarios deben tener una percepción precisa del actuar de los gremios empresariales, evitando prejuicios o sospechas sobre sus intenciones. Del mismo modo, los representantes de la sociedad civil deben involucrarse activamente en la discusión legislativa, confiando en que los parlamentarios y sus asesores persiguen el interés general más allá de la próxima elección.
Si logramos unir esfuerzos, congresistas desempeñando un trabajo virtuoso que combine política y técnica, y representantes de la sociedad civil aportando ideas para mejorar las políticas públicas, podemos construir un engranaje perfecto. Cada pieza, por mas pequeña que sea, contribuirá de manera armónica al bienestar de todos, impulsando el desarrollo y el crecimiento del país.
La colaboración y el entendimiento mutuo son los pilares fundamentales para lograr el engranaje perfecto en nuestras sociedades modernas. Solo así podremos enfrentar los desafíos con éxito y avanzar hacia un futuro prometedor para todos.
* El autor es vicepresidente de Sofofa.