Columna de Guillermo Larraín: El imperativo de avanzar en pensiones

Pensiones
El imperativo de avanzar en pensiones. Andres Perez


Llegar a un acuerdo en pensiones es un imperativo moral para el gobierno y la oposición. El camino, sin embargo, no será fácil.

Cuando un gobierno tiene minoría parlamentaria, un acuerdo es condición necesaria pero no suficiente. No es suficiente porque la oposición debe estar disponible para sostener el acuerdo y porque la coalición oficialista debe ordenarse en torno al proyecto del gobierno.

Hoy vemos dos oposiciones: una que quiere negociar y otra que se parapeta en posiciones de principio que le impiden negociar. El debate entre ellas es muy interesante. En la práctica, espero que prevalezca la que promueve el dialogo y la negociación constructiva.

Tampoco es condición suficiente que el gobierno aspire a un acuerdo porque su coalición parece menos sólida de lo que aparenta. Los llamados a que el pueblo se manifieste en torno a la reforma es problemático. En una reforma tan compleja, ¿qué ventaja tendría el pueblo para asimilar y ponderar toda la información relevante? La democracia representativa se basa en que los representantes asuman la responsabilidad de gestionar la complejidad de las decisiones legislativas en nombre de los ciudadanos, sobre los que pesa una enorme asimetría de información.

El mecanismo que tiene el pueblo para evaluar si la solución propuesta es satisfactoria son las elecciones del próximo año. ¿Qué queremos que digan los candidatos entonces? Hay dos alternativas: que se vanaglorien de que por fin se logró un acuerdo en pensiones que permitió romper el inmovilismo y mejorar las perspectivas de las pensiones o culpar a la bancada de enfrente de un nuevo fracaso legislativo agudizando las divisiones.

En un país que en los últimos 10 años ha crecido apenas al 2% y con un desempleo casi al 9%, mi consejo es ser prudente; la prioridad debe ser romper el inmovilismo. Que en las próximas elecciones parlamentarias muchos candidatos vayan por el país celebrando avances reales que la gente reconozca y no quejándose del bloqueo de sus adversarios.

La seguridad social es demasiado importante para que sea un botín de unos u otros. Esta semana se conoció la minuta de los expertos que asesoran a los senadores. Analizando el detalle es posible construir una buena reforma previsional donde una mayoría amplia (4/7) pueda decir que logró cosas importantes para las chilenas y chilenos. Junto con los temas sobre los que hay acuerdo, como el incremento en la PGU o la adopción de fondos generacionales, se pueden incorporar mecanismos nuevos que mejoren las pensiones actuales (bonos para el cuidado, bono garantía) que den más flexibilidad para enfrentar situaciones complejas como las que han tenido que vivir las personas. No se trata solo de lagunas previsionales o informalidad, sino el desempleo involuntario de la gran recesión de 1982-83.

Hay muchos ingredientes para hacer una buena reforma de pensiones. No hay razón para que los sectores políticos no puedan acordar algo más que decente. Sería un excelente regalo para las chilenas y chilenos que se jubilarán en los próximos años.

Por Guillermo Larraín, académico FEN, Universidad de Chile

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