Columna de Gustavo Lagos: “Cierre de Fundición de Enami en Copiapó”
"Saber fundir y refinar sosteniblemente en Chile es una materia estratégica para el principal productor de cobre del mundo, y es evidente que una nueva fundición debiera ser construida y operada por una de las empresas expertas mundial en estas actividades, las que tienen fundiciones en el medio de ciudades europeas y en Asia que capturan el 99,8 o 99,9% de las emisiones aéreas, y que además tienen utilidades. Esta nueva fundición debiera estar situada en la costa de Atacama o Antofagasta, lo que hace posible tener buen abastecimiento de concentrados y menores costos de transporte."
Desde hace años se conocen los planes para construir una nueva fundición de cobre en el mismo sitio de la Fundición Hernán Videla Lira, también conocida como Paipote, ubicada en las inmediaciones de Copiapó y Tierra Amarilla, Región de Atacama. Ello es una indicación de la obsolescencia de esta fundición y la necesidad de reemplazarla por una instalación que tenga indicadores ambientales y económicos aceptables.
Es sabido que la fundición de Paipote ha tenido numerosos eventos de excedencias de emisiones en su historia, entre los que destaca en los últimos años uno ocurrido en 2021, en que se rebasó la norma de calidad primaria de anhídrido sulfuroso en casi 500%. Una excedencia de esta magnitud, aunque sea por poco rato, puede causar serios efectos en la salud, incluso la muerte. Esto ocurrió cuando la fundición ya debía estar cumpliendo con el nuevo decreto de emisión número 28.
Por otra parte, la emisión histórica y permanente de arsénico de esta fundición, ubicada en una zona urbana densamente poblada, eleva considerablemente el riesgo de contraer cáncer pulmonar de las cerca de 200 mil personas que viven en Copiapó y Tierra Amarilla. Según un estudio de Dictuc, UC, de 2022, en 2020 la concentración promedio de arsénico en el aire fue de 55 nano gramos de arsénico por metro cubico en la estación de monitoreo de Paipote, rebasando la norma anual de calidad Europea en 9,2 veces y la norma anual de calidad chilena dictada en 2023 en 2,3 veces. Adicionalmente, el arsénico medido en el suelo urbano (Carkovic y otros 2016) y en las calles de Copiapó fue 36,8 y 28,5 mg/kg respectivamente, rebasando largamente los niveles de referencia de sitios residenciales de los Estados Unidos y Canadá. Ello significa que incluso en el evento del cierre de la fundición, el polvo en las calles y en los suelos residenciales seguirá levantándose con el tránsito y con el viento para mantener altos niveles de arsénico en el aire, por lo que sería conveniente someter a las zonas más afectadas de esta ciudad a una limpieza de las capas superficiales del suelo.
Paipote es la fundición de cobre más pequeña de Chile y una de las menos productivas del mundo. Todos los estudios señalan que no hay opciones viables de mejorar sus instalaciones para abatir sus emisiones y hacerla rentable al mismo tiempo. De hecho, la fundición ha sido por años la mayor fuente de pérdidas económicas para Enami.
Por ello lo más lógico es cerrar esta fundición, haciéndose cargo que sus cerca de mil trabajadores sean compensados en forma adecuada por el Estado, y que los concentrados provenientes de la pequeña y mediana minería sean tratados por otras fundiciones en Chile o sean exportados para ser fundidos en fundiciones extranjeras.
Saber fundir y refinar sosteniblemente en Chile es una materia estratégica para el principal productor de cobre del mundo, y es evidente que una nueva fundición debiera ser construida y operada por una de las empresas expertas mundial en estas actividades, las que tienen fundiciones en el medio de ciudades europeas y en Asia que capturan el 99,8 o 99,9% de las emisiones aéreas, y que además tienen utilidades. Esta nueva fundición debiera estar situada en la costa de Atacama o Antofagasta, lo que hace posible tener buen abastecimiento de concentrados y menores costos de transporte. Empresas mineras como Codelco, Enami y otras podrían ser parte de la propiedad de estas nuevas fundiciones, pero no debieran construirlas ni operarlas ya que en las últimas dos décadas prácticamente perdieron las competencias que tuvieron anteriormente para hacerlo.
El gobierno debiera liderar el esfuerzo para traer al país una empresa con máxima excelencia ambiental y económica a esta tarea, no hay que avergonzarse de esto. Estados Unidos, Australia y Europa pusieron ahora en 2023 incentivos por más de un trillón de dólares, para construir instalaciones de refinación de litio, de fabricación de cátodos y de baterías, ya que el mercado no entregó los incentivos para que ello ocurriera por sí solo y China se les adelantó colocando incentivos propios, por lo que domina casi completamente este mercado. Esta deficiencia del mercado también afectó a nuestras fundiciones estatales de cobre hace dos décadas, y eso es lo que hay que remediar ahora.
* El autor es profesor UC.
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