Columna de Hans Eben: “Humanizando el cambio climático”

cambio climático

"Hace ya un buen tiempo que las demandas ciudadanas al Estado por la vulneración de sus derechos humanos por eventos climáticos vienen en aumento. El 27 de septiembre próximo es un día muy especial, ya que por primera vez, la Corte Europea de Derechos Humanos escuchará la defensa de más de 32 países que fueron demandados por no cumplir sus compromisos climáticos"



Las últimas dos décadas se viene advirtiendo de los efectos del cambio climático. Pero así y todo, los avances van muy lentos, tomando en cuenta la meta de no superar el aumento de la temperatura global en 1,5 grados. Hay muchas razones para esto, pero una de las críticas que se ha hecho, es que la discusión se ha focalizado demasiado en proyecciones y lenguaje muy científico, faltando colocar al ser humano en el centro. Este mes y año tan simbólico con relación al reconocimiento a la defensa de los derechos humanos, quiero ampliar la visión de estos derechos.

En el año 2008, por primera vez en la historia, el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, reconoce de forma explícita que el cambio climático tiene implicancias en los derechos humanos de las personas. Los eventos climáticos afectan más a las mujeres, discapacitados, mayores de edad, a los pobres, tanto a la vida y la autodeterminación de todos. Por lo mismo, es claro que los derechos humanos fundamentales están en riesgo. Esta declaración del 2008 ha dado voz y visibilidad a muchas comunidades o grupos minoritarios que sentían que no eran escuchados ni tampoco contaban con una defensa de la vulneración de sus DD.HH.

Hace ya un buen tiempo que las demandas ciudadanas al Estado por la vulneración de sus derechos humanos por eventos climáticos vienen en aumento. El 27 de septiembre próximo es un día muy especial, ya que por primera vez, la Corte Europea de Derechos Humanos escuchará la defensa de más de 32 países que fueron demandados por no cumplir sus compromisos climáticos. Se trata de un grupo de jóvenes portugueses que afirman que sus DD.HH. no están siendo protegidos en el momento que los países europeos han fallado en la reducción de los gases de efecto invernadero. Estos jóvenes argumentan que su salud (inclusive sus vidas) están en riesgo por el no cumplimiento de estos compromisos con el cambio climático. Este caso ha llamado mucho la atención dado que son muchos los países demandados al mismo tiempo.

La demanda se basa en el principio de efectividad, la cual obliga a la Convención Europea de Derechos Humanos hacer que el cumplimiento de estos, sea práctico y efectivo, en vez de ser teórico e ilusorio. Se teme que el derecho de vivir en un ambiente libre de impactos climáticos sea más bien ilusorio y, por ende, los países se preocupen de hacer el mínimo en medidas de mitigación y adaptación. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) ha dejado muy claro en su último informe que no vamos a alcanzar las metas comprometidas y que es fundamental que cada país haga el esfuerzo, sin perjuicio que sabemos que son las grandes potencias mundiales los que tienen el mayor impacto. El Acuerdo de Paris no define el aporte de cada país, sino que cada Estado define el aporte a la meta global. La demanda a varios países que veremos en la Corte de Derechos Humanos de Europa viene no solo a cuestionar el real interés de los países en cumplir sus metas climáticas sino a visibilizar la dimensión más humana del cambio climático.

* El autor es director de empresas.