Columna de Hans Eben: “¿Tenemos el poder de análisis para los nuevos riesgos?”
"Uno podría pensar que es lógico que un ejecutivo de empresa confíe más en su propia administración que la de sus pares o de otras industrias o de la economía como un todo. Otra interpretación, es que no ven en el mundo político entregando certezas sobre el futuro, solo ven polarizaciones y agendas personales por lo que su visión del país es más negativa que su entorno más cercano. Existe una tercera alternativa, y tal vez la que más nos debiera interesar: no entendemos bien los riesgos y por tanto no entendemos los impactos para la empresa."
Siempre me ha llamado la atención cómo en las encuestas sobre perspectivas económicas la visión que uno tiene sobre su propia empresa es considerablemente mejor que la visión sobre el país. Como ejemplo, en la encuesta realizada por Deloitte, uno puede apreciar que ante la pregunta: “¿En seis meses cree que la situación económica del país empeorará o mejorará?”, la respuesta es muy diferente frente a la pregunta: “¿Cómo cree que la situación económica de su empresa será en seis meses más?” Los últimos datos indican que el 21% de los encuestados cree que la situación económica del país mejorará, pero el 42% cree que la situación de su empresa mejorará. Al parecer ocurre en muchos lugares. En la encuesta del JP Morgan de este año en Estados Unidos, la diferencia entre perspectivas económicas del país y del propio negocio, tenían una diferencia aún mayor, de tres veces más.
Uno podría pensar que es lógico que un ejecutivo de empresa confíe más en su propia administración que la de sus pares o de otras industrias o de la economía como un todo. Otra interpretación, es que no ven en el mundo político entregando certezas sobre el futuro, solo ven polarizaciones y agendas personales por lo que su visión del país es más negativa que su entorno más cercano. Existe una tercera alternativa, y tal vez la que más nos debiera interesar: no entendemos bien los riesgos y por tanto no entendemos los impactos para la empresa.
La Encuesta Global de Riesgo (entendiéndose riesgo como un evento que en caso de ocurrir impactaría negativamente el PIB, a la población o a los recursos naturales– se viene haciendo hace 20 años y es una importante fuente de información del World Economic Forum. Las conclusiones son realizadas por más de 1.200 expertos de la academia, gobierno, empresas, sociedad civil, comunidades internacionales y otros. Hay viejos conocidos riesgos que vuelven aparecer como costo de vida, inflación, guerras comerciales. Pero también hay riesgos que siguen intensificando y que seguramente no los veíamos como tan cercanos. También hay nuevos riesgos, entre estos, están el no cumplimiento con las medidas de mitigación y adaptación del cambio climático, las inmigraciones masivas no voluntarias, debilitamiento de la cohesión social, pérdida de la biodiversidad y debilitamiento de los ecosistemas, y resultados adversos de tecnologías de frontera. El incremento de la deuda pública, donde los países desarrollados en el 2022 alcanzaron un 112% de deuda con relación al PIB, es otro nuevo riesgo. O la nueva carrera armamentista, y riesgos nucleares. Cuando en los noventa era una era de desarme o bioarmamentos, entendiéndose como el uso de datos de tu ADN o, lo que está más de moda, hasta dónde llegará la inteligencia artificial
¿Tenemos en nuestras empresas la capacidad de análisis para entender el impacto en nuestro negocio de algunos de estos riesgos y su interacción entre ellos? Mi invitación con esto no es ser más negativo con el futuro, sino a reconocer que seguramente no tenemos hoy todas las capacidades analíticas para enfrentar estos riesgos pero tampoco para contribuir a nuestro país a enfrentarlas. La diversidad al interior de las empresas y la colaboración puede ser un camino.
* El autor es director de empresas.
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