Columna de Hans Eben: Un predicador, un fiscal y un político
"Vemos hoy, como los del Rechazo y los del Apruebo tratan de encasillar al otro entre el pueblo tonto o el pueblo inteligente, los que quieren cambios y los que no quieren cambios o los extremistas y los moderados. No creo que sirva de mucho este tipo de análisis en momentos que no solo Chile sino que el mundo, está en un proceso de transformación",
Después de un largo y cansador proceso, en que muchos de nosotros hemos sido expertos en propuestas de sistemas electorales, sistemas de gobierno, salud, pensión, vivienda, medioambiente, educación y el tema que se nos cruzara por el frente, ahora entramos en etapa de análisis de resultados y debate. Esto me hizo recordar la teoría de Phil Tetlock sobre cómo entramos en modo predicador, fiscal o político en nuestras formas de hablar y pensar, dependiendo a la situación en que nos vemos enfrentados.
Entramos en modo predicador cuando sentimos que nuestras creencias están siendo atacadas, y nuestra respuesta son sermones para proteger y defender nuestros ideales. En cambio, cuando vemos una debilidad en los argumentos del otro, aparece nuestro fiscal adentro y bombardeamos con argumentos para probar que está equivocado y así ganar el caso. Y finalmente entramos al modo político cuando queremos ganarnos la audiencia y hacer campaña para la aprobación de ese grupo de ciudadanos.
Lo que Tetlock concluye, es que al amarrarnos al modo predicador; es decir, estoy en lo correcto, modo fiscal buscando a los que están equivocados o modo político buscando apoyo, no nos permite tomarnos el tiempo para repensar nuestras creencias. Este mismo tema lo profundiza de forma brillante Adam Grant en su libro que constantemente estudio y que se llama Pensar de Nuevo. Para este autor, cambiar la forma de pensar del predicador, significa una debilidad moral; para el fiscal, el ser convencido significa admitir derrota y para el político significa darse vuelta la chaqueta.
Vemos hoy, como los del Rechazo y los del Apruebo tratan de encasillar al otro entre el pueblo tonto o el pueblo inteligente, los que quieren cambios y los que no quieren cambios o los extremistas y los moderados. No creo que sirva de mucho este tipo de análisis en momentos que no solo Chile sino que el mundo, está en un proceso de transformación que nos obliga a cuestionarnos nuestra propia constitución mental. Siempre es más fácil no cuestionarse, ya que este difícil proceso introduce incertidumbre a nuestros negocios, relaciones y vida o inclusive para muchos el cuestionarnos podría desdibujar nuestra identidad.
Era conocido el odio a las compañías de teléfono que tenía Steve Jobs y juro varias veces que jamás haría un teléfono y que no había razón alguna para entrar en esa industria. Inclusive llegó a decir que era una de las ideas más estúpidas que había escuchado. Cambió de parecer cuando entendió que el ADN y lo que valoraba su compañía no cambiaba por lanzar un iPhone. Hoy tenemos la responsabilidad de cuestionarnos e impulsar cambios sin temor que por eso estamos siendo infiel a nuestra identidad.
* El autor es director de empresas.
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