Columna de Hernán de Solminihac: “Hidrógeno verde, una apuesta por un futuro sostenible”

Hidrógeno verde

"Uno de los principales desafíos que enfrentamos es la continua inversión en infraestructura de energía renovable. Chile cuenta con una geografía propicia para la generación de energía limpia, pero debemos seguir impulsando su expansión para transformar nuestro potencial en una realidad tangible. De ahí que la colaboración entre el sector público y privado sea una pieza fundamental para superar las barreras financieras y tecnológicas".



La industria del hidrógeno verde en Chile emerge como un gran desafío y, al mismo tiempo, como una oportunidad para liderar la transición hacia un futuro sostenible. A medida que nos esforzamos por lograr una economía carbono neutral en las próximas décadas, la expansión de la capacidad de producción se perfila como un objetivo que plantea interrogantes sobre el desarrollo de esta industria en nuestro país.

Uno de los principales desafíos que enfrentamos es la continua inversión en infraestructura de energía renovable. Chile cuenta con una geografía propicia para la generación de energía limpia, pero debemos seguir impulsando su expansión para transformar nuestro potencial en una realidad tangible. De ahí que la colaboración entre el sector público y privado sea una pieza fundamental para superar las barreras financieras y tecnológicas.

En este camino, es imperativo que adaptemos nuestros sectores industriales al uso del hidrógeno verde. Esto implica una profunda transformación de procesos y tecnologías para incorporar esta fuente de energía limpia y reducir las emisiones de CO2. Aquí, la inversión en investigación y desarrollo serán claves para la creación de tecnologías más eficientes y sostenibles.

La viabilidad de la producción local de hidrógeno verde en Chile, no sólo dependerán del apoyo gubernamental y de un marco regulatorio sólido, sino también de avances tecnológicos que hagan que esta industria sea más competitiva. Esto incluye la implementación de sistemas avanzados de almacenamiento para gestionar la intermitencia de las energías renovables, así como una infraestructura eficiente para la producción, almacenamiento y transporte de hidrógeno.

Para acelerar dicho proceso, el l Gobierno ha dado un paso importante en la promoción del hidrógeno verde al presentar el Comité Estratégico para el Plan de Hidrógeno Verde. Este comité se encargará de definir una estrategia integral que permita el despliegue de una industria sostenible para este combustible en el marco del plan de acción de hidrógeno verde 2023-2030. Se espera que las conclusiones y recomendaciones de este comité sean fundamentales para el desarrollo de una industria del hidrógeno verde que contribuya a la transición hacia un futuro más limpio y sustentable.

A lo anterior, se suma el trabajo que están realizando las universidades para aprovechar el potencial de este combustible en nuestro país. Hace unos días, fue dado a conocer un explorador de hidrógeno verde desarrollado por la Universidad Católica, la Universidad de Chile y la Universidad de Santiago, que muestra cuáles son las mejores zonas del país para poder producir este tipo de energías. El sistema entrega un perfil energético del territorio y una mayor precisión sobre los costos de producción, al estar conectado con los exploradores eólico y solar del Ministerio de Energía.

Sin duda, estos pasos son valiosos para la transición hacia una economía carbono neutral, especialmente en un escenario donde la creciente conciencia ambiental a nivel global está impulsando la demanda de fuentes de energía limpias. Pero para dar viabilidad a estos esfuerzos, es necesario impulsar un hidrógeno verde competitivo frente a las alternativas fósiles, que promueva la demanda local y active inversiones en la producción y transporte de este recurso.

Chile se encuentra ante una oportunidad sin precedentes para liderar la producción y exportación de hidrógeno verde, si somos capaces de crear un mercado local que permita la expansión de proyectos sostenibles hacia mercados internacionales. Esto siempre y cuando abordemos con determinación los desafíos tecnológicos, regulatorios y socioambientales que puedan presentarse hacia un futuro que contribuya tanto a la economía del país como al medioambiente.

* El autor es Profesor titular Ingeniería UC, miembro Clapes UC y presidente Colegio de Ingenieros de Chile

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