Columna de Hernán de Solminihac: Ingeniería chilena para el mundo
"Es importante entender que las futuras generaciones son agentes transformadores para que el país logre un modelo de desarrollo basado en el conocimiento y la innovación. Para esto se deben fomentar programas que promuevan desde temprana edad el interés por las disciplinas científicas y tecnológicas."
Cada año el primer domingo de octubre se celebra el Día Nacional de la Ciencia, la Tecnología, el Conocimiento y la Innovación. Desde su promulgación en 2018, hace cinco años, esta conmemoración ha permitido destacar el trabajo científico y tecnológico del país, acercándolo a las personas y destacando su importancia para el desarrollo de la sociedad.
En un país como Chile, la ciencia y tecnología son uno de los principales motores para avanzar. Según la última Encuesta Nacional de Percepción Social, un 79% de la población considera que estás áreas hacen nuestras vidas más fáciles y cómodas. Esto a diferencia de un 33% de quienes estiman que el desarrollo científico-tecnológico ayudará a disminuir las desigualdades sociales, una brecha por la que aún debemos trabajar.
La ingeniería como disciplina científica ha tenido un rol protagónico en el desarrollo a nivel global, desde la construcción de diversas infraestructuras de servicio, el manejo y la gestión de proyectos hasta la propuesta de soluciones efectivas e innovadoras. Además, ha contribuido al crecimiento sostenible de nuestro país.
Al considerar el presente y futuro de la región, no obstante, dicha conmemoración en este mes nos llama a reflexionar el para qué y para quiénes desarrollamos ciencia y tecnología, destacando la importancia de ponerlas al servicio de la comunidad.
En este desafío es necesario posicionar a la ingeniería en los temas que demanda el país. Chile requiere que esta disciplina sea participativa y cercana con su gente, que identifique las múltiples necesidades y proponga soluciones considerando las distintas realidades. Esto sin perder de vista la globalización y cómo esta puede ser una oportunidad para que la ingeniería chilena se posicione en el mundo.
Asimismo, es importante entender que las futuras generaciones son agentes transformadores para que el país logre un modelo de desarrollo basado en el conocimiento y la innovación. Para esto se deben fomentar programas que promuevan desde temprana edad el interés por las disciplinas científicas y tecnológicas. Además, se deben promover los planes que fortalezcan el talento creativo de niños, niñas y adolescentes en áreas STEM, con énfasis en la equidad de género y la interdisciplina.
En este sentido, el rol que las instituciones públicas, privadas y gremiales adopten de aquí en adelante será crucial para cumplir con la expectativa que demanda la mayoría del país. Somos un gran laboratorio natural, capaz de generar el conocimiento necesario para superar los problemas sociales. La ciencia y tecnología, en especial la ingeniería, deben seguir buscando los caminos más representativos que contribuyan al bienestar de la población.
* Profesor titular de Ingeniería UC y miembro comité ejecutivo de Clapes UC.