Columna de Horacio Gilabert y Juan José Ugarte: Cambio climático: del dicho al hecho...
Hace algunas semanas, el Presidente Boric reiteró su compromiso con el cambio climático y cumplir nuestras metas establecidas al 2050, aún antes de esa fecha. Pero este anuncio, que representa el sueño de muchos y es sin duda el principal legado que podemos dejar a las futuras generaciones, está lejos de ser una realidad.
En el mundo, hoy existe consenso en que el cambio climático se combate principalmente con más y mejores bosques; árboles y suelos que son una fuente muy importante de captura de carbono y producción de oxígeno, lo que los convierte en la mejor herramienta de mitigación de gases de efecto invernadero (GEI). No por nada la reforestación y forestación es un elemento central de las estrategias de combate al cambio climático en buena parte del planeta. Igualmente, la agenda de cambio climático de Chile se sostiene en gran medida en sus bosques.
Sin embargo, en la última década, la superficie de plantaciones forestales en nuestro país ha disminuido considerablemente, con menos hectáreas disponibles hoy para producir madera, celulosa, papel o biomasa; y avanzar así en los desafíos que tenemos en materia de desarrollo sostenible y habitabilidad. Asimismo, el manejo de bosque nativo no sobrepasa las 3 mil hectáreas por año, teniendo cerca de 4 millones de hectáreas disponibles. Un camino que va de la mano con los bosques y tenemos que entender que lo uno no existe sin lo otro.
Recientemente, un estudio de Climate Action Teams “Modelling Exercise for Chile, 2021″, evaluó el potencial de nuestros bosques para mitigar las emisiones de GEI al 2030. Este trabajo mostró que para alcanzar la carbono neutralidad, es necesario aumentar los actuales compromisos establecido por nuestro país en materia de forestación y reforestación. Asimismo, el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change, 2022) recomienda globalmente reducir la conversión de bosques y otros ecosistemas; restaurar ecosistemas, forestar, reforestar, y mejorar el manejo forestal sustentable para combatir el cambio climático.
La mala noticia es que estamos lejos las metas que el Estado de Chile se ha propuesto. De acuerdo al INFOR las tasas de forestación (2021), muestran una caída constante en la última década. El promedio de forestación 2013-2020 es de apenas 2.666 hectáreas promedio por año y sólo 592 en el 2020; y la incorporación de superficies de bosque nativo al manejo y restauración no presenta mejores cifras. A ello se suman las superficies afectadas por incendios forestales, una fuente primaria de degradación de los bosques, que solo este verano destruyo más de 400 mil hectáreas y son una gran fuente de incertidumbre para las metas de carbono neutralidad.
Todo esto indica que la posibilidad de alcanzar las metas comprometidas en materia forestal están muy lejos, y no será posible de no existir una política activa de incentivos a la actividad forestal. Estas políticas pueden tomar la forma de subsidios hacia el mundo PYME, que incrementen las actividades de manejo, restauración y forestación, o algunas otras que se generen en una discusión amplia de medidas para este sector. Es necesario comprometer acciones que nos pongan de nuevo en carrera para lograr cumplir al menos con nuestros compromisos voluntarios de mitigación. La lucha contra el cambio climático es una que no podemos perder.
Por Horacio Gilabert, investigador, académico y miembro del Centro de Cambio Global UC, y Juan José Ugarte, presidente Corporación Chilena de la Madera
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.