Columna de Hugo Herrera: Renovación Nacional

RN
Foto: Archivo


RN se remonta a los orígenes de la República. Fundado por ex dirigentes del Partido Nacional, a través de éste quedan remitidos a un pasado que incluye liberales laicos, socialcristianos, nacional-populares y conservadores.

La riqueza ideológica es fuente de disputas. A veces RN parece más un conjunto de barones feudales, que se sacan los ojos en las elecciones para luego renovar el entendimiento interno.

La riqueza ideológica vuelve también a RN depositario de la mayor diversidad de pensamiento dentro de las derechas en Chile. No se circunscribe al economicismo “Chicago-Gremialista”, sino que tiene herramientas comprensivas de mayor alcance.

Las tradiciones de RN permitirían nutrir a la centroderecha de un acervo intelectual usualmente más complejo que el economicismo ramplón en el que ella ha terminado. Suma pensamientos que tienen más claramente a la vista el problema de la legitimidad y el significado de producir cercanía entre la situación popular y las instituciones y discursos políticos.

¡Cuán distinto hubiesen sido los gobiernos de Piñera 1 y 2 -destacables en gestión, pero infantiles en lo político- si hubiese constado una masiva consciencia político-ideológica!

La centroderecha menos monolítica y más disparatada, si se quiere, va a segunda vuelta en sus elecciones de directiva. Los reformistas -Monckeberg, Desbordes- están con la lista de Núñez. En su tiempo ellos dieron pasos concretos para “politizar” RN, alejándola del economicismo. Llamaron a un congreso ideológico el 2014, que produjo la nueva Declaración de Principios. Incorporaron RN a la Internacional Demócrata de Centro (ex Internacional DC) buscando acercar a RN a partidos europeo continentales.

Cuando la crisis política, social y económica del país se ha instalado, ante un gobierno inmovilizado por su rigorismo ideológico, carcomido por la corrupción y estancado en su inexperiencia, las derechas tienen dos caminos. Uno, la radicalización propuesta por los duros en Republicanos. Otro, avanzar hacia el gran centro político. Por historia, volumen e ideología, RN es el único en la centroderecha preparado para hacerlo.

La tentación de volverse derecha dura se palpa, empero, en la campaña. Un polo de derecha dura, sin embargo (lo hemos visto al revés), terminará provocando el efecto reactivo de fortalecer la izquierda dura, la polarización y la crisis. Solo una alianza de moderados de derecha y centro, incluso desencantados de centroizquierda, permitirá salir de la profunda crisis, la “Crisis del Bicentenario”, por la vía ancha y amable de los acuerdos y la producción de reformas y símbolos de unidad nacional.

La historia parece dar la razón a este tipo de esfuerzos. Más allá de sus excesos, fueron los integradores y centristas Alessandri, Ibáñez, Aguirre Cerda, quienes sacaron al país de la “Crisis del Centenario” y produjeron una nueva normalidad que se sostuvo cuatro décadas.

Por Hugo Herrera, profesor titular, Fac. de Derecho UDP