Columna de Hugo Lavados y Alejandro Weber: “Chile nos habla del presupuesto 2024″

Ministerio de Hacienda

"Para retomar el crecimiento debemos abordar sus causas priorizando una robusta agenda pro ahorro e inversión, en lugar de confiar la reactivación exclusivamente al impacto que en ello tendrá el gasto público".



En su cuarta edición, la encuesta Chile Nos Habla, de la Universidad San Sebastián, nos presenta por primera vez una radiografía de las inquietudes y preferencias de los chilenos sobre la ley de presupuestos de la nación que se comenzará a tramitar en los próximos días.

La medición, realizada durante el mes de septiembre, arrojó interesantes conclusiones. La primera es sobre los objetivos y prioridades de las personas. Un 40,3% de los chilenos considera que el principal objetivo de la Ley de Presupuestos 2024 debiera ser reactivar nuestra economía, aumentando el empleo y los salarios. Al preguntar por cuáles debiesen ser los sectores en los cuáles se debieran inyectar más recursos, son las prestaciones sociales las que lideran las preferencias: salud (84,8%) y educación (73,9%), seguidas por seguridad (71,6%). En cada caso destacan la resolución de las listas de espera (48,1%), el fortalecimiento del sistema de inteligencia nacional (62,3%) y la educación escolar (41,6%).

Resulta señalizador que para la ciudadanía el principal objetivo del gasto fiscal para el próximo año sea la reactivación de nuestra alicaída economía. Y es que las personas se han visto especialmente golpeadas por la inflación, la caída de los salarios y una elevada tasa de desocupación del 8,8%, lo que implica 870 mil personas desempleadas, 110 mil más que hace doce meses. Sin embargo, para que el presupuesto público sea una herramienta útil para dinamizar la economía requiere un nuevo diseño, que incluya elevar la capacidad técnica de los organismos que revisan proyectos de inversión y así bajar significativamente los tiempos de aprobación; más recursos para construcción y subsidios a la vivienda; inversión en OO.PP. de mediana envergadura; y nuevos incentivos para la creación de empleos formales. A esto faltará mejorar la capacidad de ejecución, pues todos los años se destinan cerca de US$ 13.000 millones a inversiones de los cuales suelen subejecutarse unos US$ 2.000 millones. Con todo, el estancamiento de nuestra economía se explica por un triple efecto: el ajuste propio de una expansión significativa el 2021, la incertidumbre institucional luego de dos procesos constitucionales consecutivos y la ausencia de una agenda prioritaria procrecimiento. Por lo tanto, para retomar el crecimiento debemos abordar sus causas priorizando una robusta agenda pro ahorro e inversión, en lugar de confiar la reactivación exclusivamente al impacto que en ello tendrá el gasto público.

La segunda conclusión es sobre la forma en que se gastan los recursos de los chilenos. Un 82% cree que el gasto público no está dando respuesta a las necesidades de las personas y un 85% considera su ejecución no es eficiente. Respecto de los mecanismos de control existentes para evitar casos de corrupción, el 79,6% los evalúan como “mal” o “muy mal”, por lo que un 90,2% está de acuerdo con fortalecerlos, aunque eso signifique incrementar los procedimientos.

Finalmente, la tercera conclusión es sobre el financiamiento del presupuesto. Cuando se pregunta sobre cómo debieran generarse ingresos para solventar los incrementos en el gasto del Estado, la mayoría de los encuestados prefiere el crecimiento económico (51,1%), un 38,6% el ahorro y reasignación de recursos, y sólo un 7,8% impulsaría un alza de impuestos. Interesante no solo para la tramitación de la ley, sino para la discusión del eventual pacto fiscal.

Esta inédita medición muestra que a las personas les interesa tanto el fondo como la forma de la ley de presupuestos. Más que cuánto crece el presupuesto, lo medular es cómo se distribuye ese gasto entre prioridades que compiten y cómo se ejecutan en forma ágil y responsable los recursos que aportan los contribuyentes. En esta dirección, un estudio de la USS demuestra que durante el 2023 el gasto regular del sector público crecerá en un 10%, cuestión que hace aún más imperativo buscar espacios razonables de eficiencia del gasto para el 2024. Lejos de ser una discusión de la elite, es una nueva oportunidad para que el gobierno sintonice con las necesidades y preocupaciones de las personas.

Hugo Lavados es rector, y Alejandro Weber, decano de la Facultad Economía y Gobierno, Universidad San Sebastián.

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