Columna de Iris Boeninger: Argentina, observar y aprender
Comenzó un nuevo ciclo político en Argentina a partir del resultado de la primera vuelta electoral, el cual requiere de nuevas alianzas y liderazgos. El proceso hacia la segunda vuelta termina el 19 de noviembre. Se barajan los naipes otra vez.
El 50 por ciento de los ciudadanos argentinos descree de los políticos, piensa que solo quieren enriquecerse. Argentina necesita reconstruir el funcionamiento virtuoso de su economía, lejos la primera necesidad ciudadana en este momento. Falló en Argentina la política de tal manera, que en medio de una pobreza del 40 por ciento, una inflación del 130 porciento, una inseguridad terrible e inestabilidad cambiaría y fiscal, ganó el candidato ministro de Economía Sergio Massa que seguirá en el mismo triple cargo: ministro, candidato y cuasi Presidente.
Un 63 por ciento de la sociedad no votó por el gobierno actual, votaron por algo distinto. La razón del triunfo de Massa, no se debe buscar en la gente, sino en los dirigentes. Se dividió el cambio, y falló la dirigencia, quienes hicieron un mal diagnóstico. La gente busca resultados, los dirigentes buscaron objetivos, primando sobre todo el interés personal. La aparición de un outsider confrontativo de la política, como Milei, complicó el proyecto de quienes buscaban construir un país distinto.
Juntos por el Cambio nació como una coalición contra el kirchnerismo -el que hoy no está o no se ve-, pero envejeció y no se renovó, y enfrenta una crisis terminal. Macri y Cristina no tienen herederos políticos, no lo era Bullrich ni lo es Massa.
En la noche del triunfo, Massa subió al escenario sin ningún dirigente.
Milei lo hizo junto al heterogéneo grupo que lo apoyaba.
Massa y Milei irán tras los mismos votos de Schiaretti, de los radicales quienes ya declararon prescindencia y de los partidarios de Rodríguez Larreta. Bullrich ya le dio su apoyo a Milei, con altísimos costos políticos.
La crisis económica que atraviesa Argentina es de tal magnitud que impacta directamente en la relación entre la política y los ciudadanos. Hoy se dividen entre aquellos que, a riesgo de perder aún más, temen cambiar demasiado; y aquellos cuyo gran temor es el de la no modificación de parámetros que hoy les hacen tan difícil la vida.
Chile atraviesa asimismo una crisis de bajo crecimiento, deterioro en la educación, salud y seguridad con lo cual la elección que hoy debe hacer la clase política, en general, es dejar de lado la intelectualización dogmática e ideológica de las cosas para ir a la acción concreta en pos del ciudadano y sus profundas y urgentes necesidades.
En esta época funcionamos más con el celular y las redes que con los libros. Internet es atractivo. Un candidato manda un programa de 20 páginas, nadie lo lee. La Constitución derrotada en Chile y la nueva propuesta es un ejemplo. No la leyeron antes. No la leerán ahora.
Los políticos deben reflexionar acerca de la importancia de su propósito esencial, aquel que transmita un mensaje que vaya a la emoción, inspire y sea trascendente y comprometido para darle sentido a su existencia.
Por Iris Boeninger, economista y consejera nacional Clapes UC
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