Columna de Jacqueline Deutsche: Uso de los celulares en Chile: partamos por casa
Los malos resultados de la prueba PISA el pasado 2023 encendieron las alarmas respecto del uso de los smartphones en los colegios. Se presentó un proyecto de ley que ya pasó a la sala de la Cámara de Diputados, en su segundo trámite legislativo, el cual prohíbe el uso de la telefonía móvil en el nivel parvulario hasta 6° básico. Sin embargo, a partir de séptimo básico hasta finalizado el ciclo escolar, se permite un uso de carácter excepcional en la medida que sea estrictamente requerido en una actividad curricular o extracurricular o en casos excepcionales como una emergencia.
Las implicancias que tiene para la salud de niños, niñas y adolescentes (NNA) va más allá del rendimiento académico, este es mucho más amplio y complejo. Suscribirlo a las escuelas es tan solo una arista del problema y deja fuera a una parte fundamental de la ecuación: las familias.
Pero los jóvenes en Chile viven en soledad, ese es su mayor dolor y la compañía la encuentran en las redes sociales. Según el estudio de VTR y Criteria, aplicada en enero de 2022, el 50% de los encuestados (jóvenes entre 8 y 18 años) destina más de cuatro horas al día a las redes sociales. Y en el caso de los menores de 12 años, el 30% consume esa misma cantidad de tiempo frente a las pantallas. Sin embargo, la OMS recomienda un máximo de tres horas.
Esto se ha transformado en un problema de salud pública y se deben promover políticas robustas, libres de interpretaciones, que resguarden su bienestar Para eso se requiere de escuelas y familias comprometidas y educadas en las posibles consecuencias del uso de diferentes plataformas digitales.
Estudios realizados por el laboratorio Sapien Labs- 2023 (Smartphone to Mental Wellbeing) por ejemplo, revelan la activación de las mismas zonas en el cerebro que cuando se consumen drogas como la cocaína, provocando los mismos resultados. Se instala la adicción y el síndrome de abstinencia. En países como España se aborda esta temática como la “adicción sin sustancia” y las medidas que se proponen van de acuerdo con los múltiples estudios que así lo demuestran.
La Defensoría de la Niñez, en un estudio realizado el 2023, señala que el 52,9% de los adolescentes estudiantes de educación media de la zona norte de Santiago presentan problemas de salud mental: 35,2% depresión y 25,9% ansiedad. En cuanto al suicidio, los resultados indicaron que desde 2021 a 2022 se evidenció un aumento del 44% entre los 14 a 17 años, así como el preocupante incremento de adolescentes que siempre o casi siempre tienen pensamientos suicidas. El estudio revela una elevada sensación de desorientación, ansiedad, vulneración, angustia, estrés y miedo en los adolescentes por el camino hacia la vida adulta, y el 28,2% presenta un consumo problemático de sustancias.
Así las cosas, una Ley de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia es lo que necesitamos. Pero partamos por casa, este debiese ser el primer espacio donde todos los miembros de la familia regulen el uso de celulares y se supervise el contenido porque en las escuelas su prohibición debiese ser un tema ya zanjado.
Por Jacqueline Deutsch Galatzan, psicóloga clínica
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