Columna de Jaime Abedrapo: Las renovadas amenazas de Trump a Irán

En Medio Oriente se manifiestan las disputas por un nuevo reparto de poder mundial.
Hasta hora la única política de continuidad de Washington en relación con su antecesor, Joe Biden, es la ofensiva estadounidense en contra de los hutíes en Yemen. En efecto, el interés por resguardar sus activos navieros es a primera vista la causa de la acción hostil sobre territorio yemení.
Sin embargo, la advertencia de Trump a Irán de que será considerado responsable de “cada disparo” realizado por los rebeldes hutíes en contra de sus fuerzas militares desplegadas en el Mar Rojo, Estrecho de Adén y estrecho de Bad el Mandeb, tiene una explicación más profunda, ya que todo indica que en Medio Oriente se manifiestan las disputas por un nuevo reparto de poder mundial. Rusia y China, junto a Irán, habrían estado desarrollando una estrategia tendiente a disputar la hegemonía estadounidense.
En dicha perspectiva, cabe considerar que el movimiento de los hutíes nació en 1990 como respuesta al avance de la influencia sunita encarnada por Arabia Saudita en la región. Este Estado se había convertido en un aliado estrecho de Occidente, lo que promovió la articulación de una corriente del chiismo contestataria.
Desde entonces, Irán ha sido identificado como el principal actor regional que apoya la resistencia en contra de los intereses occidentales en la región. En dicho contexto, observamos cómo desde la crisis gatillada en Franja de Gaza tras el fatídico 7 de octubre 2023, se ha ido reconfigurando el Medio Oriente. Ha ido retrocediendo el denominado “eje de la resistencia chiíta” con la caída del régimen de Bashar al Assad en Siria, la neutralización de Hezbolá y la ocupación del sur de Líbano por parte de Israel, el descabezamiento de la milicia de Hamas en la masacrada Palestina ocupada, mientras en estos momentos se ataca Yemen con el objeto de mermar las capacidades estratégicas y la moral de los hutíes, y se reactivan las amenazas directas en contra de Irán.
Todo parece indicar que los tambores de guerra insisten en llegar a Teherán con el objetivo principal de evitar que Rusia, China y el debilitado Irán reactiven acciones por medio de actores insurgentes que atenten contra los objetivos estratégicos de Estados Unidos y sus aliados en la zona.
Cabe destacar que Irán provee de un millón seiscientos mil barriles de petróleo al día al mercado internacional, por lo que si algún otro país productor de crudo -como Arabia Saudita- puede suplir esa cantidad, posiblemente se iniciará la cuenta regresiva para una agresión en su contra con el pretexto de evitar que la nación persa cuente con la bomba nuclear.
En un sistema internacional en que los actores que disputan la hegemonía mundial no están dispuestos a respetar las reglas (jurídicas y morales) y menos la institucionalidad vigente para canalizar las crisis internacionales, las condiciones se hacen propicias para las “soluciones militares”, trayendo consigo todos los horrores de la guerra.
Por Jaime Abedrapo, director del Centro de Derecho y Sociedad USS
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.