Columna de Jerónimo Correa Braun: La escondida oportunidad de inversión en la biodiversidad del suelo
"Los beneficios que trae el almacenamiento de carbono no están relacionados solo con el cambio climático, sino también con la fertilidad y productividad del suelo, el almacenamiento y suministro de agua limpia y la biodiversidad en general. Dicho esto, para mejorar la calidad del suelo se necesita implementar e invertir en prácticas agrícolas más sostenibles, como la agricultura ecológica, regenerativa o mixta, para contribuir a aumentar el almacenamiento de carbono."
Ante la proximidad de la COP15, la biodiversidad se encuentra en el punto de mira de la opinión pública. Esta cumple un rol fundamental para la vida en la Tierra y la economía de todo el planeta, ya que más del 50% del PIB mundial depende de manera moderada o alta de la naturaleza. La pérdida de biodiversidad está considerada como una de las mayores amenazas a las que se enfrenta la humanidad.
Por tales motivos, resulta esencial resguardar la biodiversidad del suelo, y una de las maneras más eficientes de hacerlo es a través de la inversión. Sin embargo, muchas veces los inversionistas se enfocan en las especies y los ecosistemas de las superficies dejando de lado este factor y su potencial. Es aquí donde vemos una importante, y poco explotada, oportunidad de inversión.
Lo cierto es que existen grandes riesgos financieros asociados al deterioro de la biodiversidad, y por ello, a su vez, un gran potencial en el mercado de inversión sustentable de recursos naturales. Este podría llegar a tener un valor de entre 2 a 6 billones de dólares en 2050, de acuerdo con la iniciativa “Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad”.
En relación con la biodiversidad del suelo, estudios muestran que entre el 90% y 95% de la biota del suelo no ha sido identificada, lo que significa que en la medida que se estudie y se comprenda la importancia de la salud del mismo para los distintos ecosistemas y la economía en general, mayor inversión se generará sobre este tema.
El suelo desempeña un rol fundamental en el cambio climático para reducir las emisiones de carbono, ya que la cantidad media de carbono almacenada en los primeros 100 centímetros del suelo (1.500 gigatoneladas) es superior a la cantidad almacenada en la atmósfera y en la vegetación terrestre juntas (1.300 gigatoneladas).
Los beneficios que trae el almacenamiento de carbono no están relacionados solo con el cambio climático, sino también con la fertilidad y productividad del suelo, el almacenamiento y suministro de agua limpia y la biodiversidad en general.
Dicho esto, para mejorar la calidad del suelo se necesita implementar e invertir en prácticas agrícolas más sostenibles, como la agricultura ecológica, regenerativa o mixta, para contribuir a aumentar el almacenamiento de carbono.
El gobierno francés lo entendió y durante la COP21 de 2015 lanzó una iniciativa para aumentar el almacenamiento de carbono en los 30 a 40 centímetros superiores del suelo en un 0,4% al año. De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés), el proyecto lanzado por el gobierno galo tiene varios beneficios como capturar 1 gigatonelada de carbono al año por los próximos 30 años; evitar 600.000 millones de dólares en costos asociados al cambio climático; aumentar la producción de maíz, trigo y arroz entre un 23% y un 42% entre 2020 y 2050, con un valor incremental anual de al menos 135.000 millones de dólares; y almacenar 37.000 millones de metros cúbicos adicionales de agua en los suelos, reduciendo la demanda mundial de riego en un 4% y ahorrando más de 40.000 millones de dólares al año en costos.
Los números hablan por sí mismos. Los beneficios de implementar este tipo de medidas son cuantiosos tanto para la humanidad como para los inversionistas que decidan sumergirse en inversiones de impacto, generando un aporte a la sociedad a la vez que diversifican sus carteras de inversión e invierten en iniciativas que respaldan resultados positivos para la biodiversidad.
* El autor es country manager y CEO de Credit Suisse Chile.