Columna de Jorge Burgos: Como perros

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El Presidente de la República, días atrás, con ocasión de una visita a la Región de Antofagasta, sostuvo que en la persecución de la delincuencia “vamos a ser unos perros”. El injustificado entusiasmo lingüístico se dio en una región particularmente alarmada por el aumento de la victimización y especialmente por la sensación de temor.

La frase en comentario -a los pocos días reconocida por el autor como poco afortunada- denota también un intento por dejar atrás una actitud declarativa y legislativa, severamente crítica de las fuerzas policiales encargadas de garantizar el orden público y la seguridad.

No es necesario recurrir a metáforas populistas para comprometer una acción decidida en contra de los delincuentes, basta apelar al compromiso de hacer valer el Estado de derecho, de aplicar las normas de respaldar la institucionalidad.

No está en discusión que la mayor preocupación ciudadana es la crisis de seguridad pública. La impresión y sensación en la gente es que el crimen organizado gana espacios como nunca antes, lo que queda en evidencia en los asaltos armados a empresas, la extensión del narcotráfico y hasta las disputas de territorio de las bandas rivales. Se ha incrementado fuertemente el temor a ser víctima de asalto. Y no necesita demostración que en las oleadas de inmigrantes llegaron también no pocos delincuentes avezados a nuestro país. Es evidente, además, que una de las peores herencias de la revuelta de 2019 fue la expansión de actos en los que convergen los grupos extremistas y las bandas de delincuentes.

La mayor exigencia que enfrenta el gobierno es dar una respuesta pronta y eficaz a los delitos, y reducir la sensación de impunidad que se ha creado. Ello supone un trabajo muy cercano con las policías, lo cual ya estaba claro para el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, y parece estarlo también ahora para la ministra Carolina Tohá. Es en este terreno en el que se aprecia una real influencia de los exconcertacionistas, y podría esperarse que se traduzca en logros que sean valorados por la población.

Tohá podría convertirse en una figura políticamente relevante si consigue articular un acuerdo en torno al combate a la delincuencia y mostrar avances efectivos en los próximos meses. Es valiosa su disposición de apoyo a Carabineros, que Monsalve llevó incluso más lejos -con razón- al declarar que había una interpretación errada del concepto de uso proporcional de la fuerza, y que “la policía tiene que usar un nivel de fuerza superior para reducir y controlar a quien está cometiendo el delito”.

Lo que faltaba era, precisamente, el respaldo gubernamental a los hombres y mujeres de esa institución, que están en la primera línea de protección de la comunidad. Las numerosas muestras de apoyo ciudadano a Carabineros hablan por sí solas.

Por Jorge Burgos, abogado

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