Columna de Jorge Burgos: Qué buen trabajo
Termino de leer “Salvador Allende. La izquierda chilena y la Unidad Popular” de Daniel Mansuy; se trata de un excelente aporte intelectual, antecedido por una profunda investigación de diversas fuentes y de reflexiones equilibradas. Ya vendrán las exégesis de los intelectuales, de los historiadores, por lo que me adelanto -así evito la comparación- y comparto las que a mí me dejó el muy buen trabajo.
Creo que la gran contribución de Mansuy es mostrar la paradoja de una fuerza como la UP, que tenía fines desmedidos, pero carecía de un diagnóstico adecuado de la sociedad chilena y de las posibilidades reales de aplicar un programa que, como se demostró, iba a desarticular la economía y a crear un escenario de conflicto en todos los planos que podían desbordarla. Los efectos de la ideología fueron devastadores.
Mansuy explica el efecto inhibitorio que ha tenido el mito de Allende en la incapacidad de la izquierda para examinar crudamente, aun 50 años después, las características de su débil liderazgo como Presidente, y la responsabilidad que él carga por el resultado.
El libro muestra que Allende no tuvo conciencia de las tendencias que iba a desatar su gobierno con las medidas del primer año, basadas en un gran gasto público y alta emisión monetaria, lo que creó una ilusión de prosperidad en los sectores bajos.
La UP superó levemente el 50% de los votos en la elección municipal de comienzos de 1971, lo que fue interpretado equivocadamente por la cúpula de los partidos como un respaldo mayoritario a la “revolución chilena”, y alentó al sector.
Es muy reveladora la línea de tiempo del gobierno de la UP, porque permite captar la génesis de la dinámica autodestructiva que fueron generando las medidas de su gobierno. Allende ni siquiera vislumbró los efectos del programa económico, con expropiaciones a paso de carga, sino cuando ya era muy tarde. A mediados de 1972, ya estaba configurada una amplia oposición social, y habían confluido en un solo frente político la DC y el Partido Nacional.
Mansuy describe la pugna entre la línea dura del PS, apoyada por el MAPU, y la línea más realista del PC y el PR. Esas diferencias cubrieron todo el período allendista. Y el Mandatario solo se dio cuenta en la etapa del paro de octubre de 1972 que debía buscar un acuerdo con la DC que nunca pudo cristalizar por la oposición socialista. Capítulo especial es lo ocurrido dentro de la DC, donde chocaban los partidarios de ayudar a Allende y quienes veían el riesgo de quedar atrapados en sus maniobras.
Es interesante la descripción que hace Mansuy de la experiencia del ingreso de las FF.AA. Se suponía que ello debía fortalecer a su gobierno, pero lo que hizo fue generar una amplia y peligrosa deliberación en los cuarteles acerca de la validez de tal participación, y terminó alentando a los jefes militares insurrectos dispuestos a derrocar a Allende.
El autor repara en el hecho de que la visión idealizada de la experiencia allendista ha influido para mal en la visión y la práctica de la llamada “nueva izquierda”, núcleo del gobierno de Boric. Ello explica no pocos de los errores cometidos por este gobierno, y alerta sobre los que podría cometer u ojalá evitarse.
Para entender la tragedia que vivió nuestra sociedad, los dramáticos efectos que nos trajo y la grieta que produjo, recomiendo su lectura.
Por Jorge Burgos, abogado
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