Columna de Jorge Burgos: Subieron bandera
Los resultados de la votación del 26 y 27 de octubre marcaron un fuerte retroceso de las fuerzas que gobiernan respecto de los alcaldes, concejales y cores que consiguieron hace cuatro años, pero la evaluación de su significado político solo podrá completarse el 24 de noviembre, cuando se efectúe la segunda vuelta de la elección de gobernadores regionales. Ese día se definirá la situación de 9 gobernaciones, incluida la de la Región Metropolitana.
La elección reciente ha sido leída como un anticipo de la competencia presidencial de 2025. Así, los dirigentes de Chile Vamos han dicho que el buen resultado conseguido, mejor del que esperaban, fortalece las expectativas de Evelyn Matthei, quien celebró junto a los alcaldes elegidos. En el caso del oficialismo, la reelección de Tomás Vodanovic en Maipú, con una de las mayores votaciones nacionales, fue vista como el surgimiento de un claro y potente liderazgo presidenciable de la izquierda, pero el mismo ha sido categórico en que esta no es su oportunidad.
El factor presidencial se verá reforzado en la segunda vuelta de gobernadores. En la RM, la votación estará influida por el hecho de que no son pocos los que depositan esperanzas en la posibilidad de que Claudio Orrego sea reelegido como gobernador, y que, de ese modo, se convierta en un abanderado presidencial competitivo para enfrentar a la derecha. Por otro lado, ya es notorio que Matthei se comprometerá a fondo con la candidatura de Francisco Orrego, de RN.
Es probable que se produzca apenas una pausa entre el actual proceso electoral y el del próximo año. Muy pronto, empezarán a decantarse las candidaturas parlamentarias, y veremos ampliarse el número de presidenciables. De partida, ya han anunciado su voluntad de competir Vlado Mirosevic, del pequeño Partido Liberal, asociado hoy al Socialismo Democrático, y Rojo Edwards, del partido de extrema derecha Socialcristiano. También el diputado Johannes Kaiser está en carrera, y se sabe que Ximena Rincón, de Demócratas, se presentará. Puede aparecer más de un outsider y crecer el elenco de candidatos de izquierda debido a la decisión de Michelle Bachelet de no competir.
¿Qué va a pasar con el Socialismo Democrático? No se trata solo de un interrogante electoral, sino de una exigencia de definición estratégica que los dirigentes del PS y el PPD no podrán eludir en los próximos meses. Tienen que decidir si mantienen la alianza con comunistas y frenteamplistas, o están dispuestos a marcar diferencias. Sin Bachelet en competencia, lo que obligaba a conservar el actual bloque oficialista, y quizás sin Carolina Tohá también, puede crearse una oportunidad de apostar fuerte por una línea de centroizquierda moderna, que sea un cauce de expresión para un sector del electorado al que le gustaría que surgiera una corriente parecida a lo que fue la antigua Concertación. En tal caso, podría ser el momento para que irrumpieran figuras como Óscar Landerretche o Andrés Velasco, con sólidas credenciales académicas y perfil socialdemócrata.
En sencillo, apelando a un término que no me es ajeno, “Subieron bandera”.
Por Jorge Burgos, abogado
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