Columna de Jorge Claro: “Pacto Fiscal: Una oportunidad de cambiar la estructura tributaria”
"De cara al debate planteado por la propuesta del ministro para acordar un “Pacto Fiscal”, lo clave es que seamos capaces de ver los aspectos específicos, pero sin dejar de lado lo fundamental: corregir la actual estructura tributaria, -sin subir la carga- lo que traerá enormes beneficios para Chile."
Más de cuatro meses han pasado del rechazo en la Cámara de Diputados a la reforma tributaria del Gobierno y en este periodo han pasado cosas muy interesantes.
Sin duda, los diálogos impulsados por el ministro Marcel, para lograr presentar un pacto fiscal, en lugar de una reforma tributaria, son un aspecto relevante. Así, ahora se incluyen medidas para hacer más eficiente el actuar del Gobierno; promover el crecimiento económico, gran proveedor de ingresos fiscales; y medidas tributarias propiamente tales.
Para avanzar en esta propuesta, el secretario de Estado se ha reunido con los principales gremios y pymes, representantes de partidos políticos de oposición y centros de estudios. Entre ellos hay un consenso de lo que se requiere: 1) No aumentar la carga tributaria. 2) Fomentar el crecimiento económico. 3) Hacer más eficiente el gasto público. 4) Conocer en qué se gastarían los mayores ingresos.
No obstante, hay algunos temas que no se han mencionado y que son, probablemente, muy importantes.
A.- Cambiar la actual estructura tributaria.
Esto, que me parece crucial, no ha sido planteado. Se trata de cambiar malos impuestos por otros mejores. Bajar los impuestos que atentan contra el crecimiento, el emprendimiento, el ahorro y el costo de contratar a los más capaces, debido a tasas marginales máximas del 40%. Además, se debe igualar las tasas marginales máximas de los impuestos a la renta para reducir los incentivos a eludir y evadir.
B.-Se debe cobrar más por los activos del Estado no concesionados, que usan en mayor proporción las personas de mayores ingresos, como las calles y caminos. Para esto, propongo crear un impuesto al kilometraje recorrido anualmente por vehículos motorizados, que actualmente suman 6,5 millones: $30 por kilómetro para los autos y similares y $50 para los camiones y buses. Este impuesto recaudaría 1,7 puntos del PIB.
Los transportistas pagarían un 80% del mismo, pero, finalmente, sólo lo retendrían, pues lo pueden trasladar fácilmente al costo de fletes y pasajeros, los que pagarían cifras mínimas, mediante un alza en sus servicios de menos de $1 por kilo transportado y $300 pesos por pasajero, cada 100 kilómetros.
C.- Se debe aprovechar la oportunidad de convertir el IVA en un impuesto progresivo. Para esto se debe devolver el IVA pagado en las compras por las familias más desfavorecidas y financiar lo anterior aumentándolo progresivamente -en un periodo de tres a cinco años- hasta llegar al 22%. Esta es la forma en cómo las personas de mayores recursos deben mostrar de verdad su solidaridad, al comprar sus bienes y servicios, a cambio de no pagar tasas marginales máximas absurdamente altas en los impuestos a la renta. Finalmente, igual pagarán más impuestos que antes.
D.- Incluir en los usos de la mayor recaudación la reactivación educativa pre escolar.
1.- Financiar la estimulación y educación temprana para el 20% de los niños más pobres, con un subsidio por niño atendido en sus hogares en una modalidad presencial y por video llamadas. Esto tendría un costo de US$28 millones anuales.
2.- Terminar con la extrema pobreza del 10% de la población gracias a la devolución del IVA en sus consumos y a un subsidio mensual de $200.000 por familia. Este subsidio se debe aumentar en un 50% por el primer año en que miembros de la familia obtengan un ingreso formal que permita superar el límite de extrema pobreza familiar de $500.000 mensuales. Al darse lo anterior ya no sería necesario el subsidio ni los bonos. Costo: Medio punto del PIB, menos el costo de los bonos que actualmente se otorgan.
Finalmente, para incentivar las inversiones se debiera eliminar para siempre la depreciación de la contabilidad financiera. Sólo genera un desplazamiento del mismo flujo de impuestos.
Así, de cara al debate planteado por la propuesta del ministro para acordar un “Pacto Fiscal”, lo clave es que seamos capaces de ver los aspectos específicos, pero sin dejar de lado lo fundamental: corregir la actual estructura tributaria, -sin subir la carga- lo que traerá enormes beneficios para Chile.
* El autor es ingeniero civil y comercial UC.
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