Columna de Jorge Heine: Crisis en Haití: Kenia y las Américas

People protest for an end to gang violence, in Port-au-Prince


Las recientes elecciones en Guatemala y en Ecuador han monopolizado la atención en estos días. En ambos países la violencia y la delincuencia han sido temas claves en las campañas electorales. Sin embargo, lo que está ocurriendo en otro país en que la violencia ha superado todos los límites, con varios miles de muertes violentas en lo que va del año, ha pasado casi desapercibido. Me refiero a Haití.

Después del asesinato del Presidente Jovenel Moisi en julio de 2021 y del subsiguiente terremoto que golpeó el Sur del país, Haití ha entrado en una espiral de violencia y de desmoronamiento del aparato público, pasando de estado frágil a estado fallido. Las consecuencias para sus poco más de 11 millones de habitantes han sido devastadoras. Un 87 % de la población vive bajo la línea de pobreza y un 30% en pobreza extrema. El país es no solo el más pobre de las Américas, sino que está entre los más pobres del mundo. Bandas criminales controlan dos terceras partes del territorio, y campean por su respeto. Secuestros y asesinatos, así como violaciones, están a la orden del día.

En estas circunstancias, uno pensaría que habría una gran preocupación en las Américas por resolver esta crítica situación. Sin embargo, ello no es el caso. La OEA brilla por su ausencia. La Celac no se manifiesta. Caricom tiene un grupo de trabajo sobre el tema, pero le ha costado avanzar. En su desesperación, el gobierno haitiano ha hecho un llamado a África, y Kenia ha anunciado que estaría dispuesto a enviar un destacamento de 1.000 policías para encabezar una misión de estabilización en Haití.

¡Esto es increíble! ¿Un país africano tiene que enviar un destacamento al Caribe para pacificar un Estado al borde del colapso? Hectáreas de papel impreso dedicadas a supuestas “amenazas extrarregionales a la seguridad del Hemisferio Occidental “, ¿y los países de las Américas, partiendo por los propios Estados Unidos, son incapaces de enfrentar una amenaza real a la seguridad hemisférica como ésta? No olvidemos que estados fallidos derivan en centros del crimen organizado y del tráfico de drogas.

¿Qué nos dice ello sobre el mismo significado del término “las Américas”? ¿Existe acaso algo así como “la comunidad de las Américas”? ¿O es solo un mito?

De 2004 a 2017, la ONU tuvo una misión en Haití, Minustah, que jugó un papel clave en estabilizar el país y abrir oportunidades de progreso. Chile cumplió un rol destacado en ella. ¿Sería mucho pedir que, en un momento en que Haití lo requiere con tanta urgencia, Chile diese nuevamente un paso al frente y tomase la iniciativa para que un grupo de países latinoamericanos participen en una misión de la ONU con fuerzas militares y/policiales para poner orden y rescatar a un país sumido en el caos?

¿O es que Chile ya no está para esas cosas, y ejercer deberes cívicos en las Américas es cosa del pasado?

Por Jorge Heine, profesor de Relaciones Internacionales, Universidad de Boston

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