Columna de José Viacava: 2a vuelta de gobernadores regionales: una oportunidad

URNAS ELECCIONES
José Veas/Aton Chile


Hace poco más de tres años nuestro país eligió por primera vez a los gobernadores regionales. Figura política surgida tras la discusión y puesta en funcionamiento de distintos cuerpos normativos que han impulsado la reforma al sistema de administración del Estado más importante en las últimas décadas.

Muchas esperanzas están puestas en este proceso descentralizador. Incluso, algunas fuerzas políticas intentaron impulsarlo aún más durante la etapa de discusión de los recientes ensayos constitucionales, con ideas que estaban en la frontera de la idiosincrasia nacional.

Sin embargo, el desempeño de esta nueva institucionalidad no ha estado carente de dificultades. Distintos factores han impedido un avance con el ritmo y decisión esperada. Incluso, para las 13 autoridades regionales que debieron enfrentarse en la segunda vuelta de gobernadores del mes de junio del año 2021, la escasa participación que alcanzó el 19,61% de los habilitados para votar auguraba un futuro poco esplendoroso.

Pero no sólo fue complejo el factor electoral. También jugaron en contra otras variables. La transferencia de competencias ha sido un proceso resistido por algunos ministerios que ven, hacia mediano y largo plazo, una disminución de sus capacidades. A ello se agrega una pequeña cantidad de recursos frescos autorizados (no sólo económicos) para que el gobernador lidere una institución (Gobierno Regional) robusta. Y a este cuadro se sumó el caso “Convenios” donde los detractores de la descentralización encontraron la excusa perfecta para colocarla en entredicho.

No obstante, esta realidad puede cambiar: el 24 de noviembre, 11 regiones deberán elegir a sus máximas autoridades en segunda vuelta. Y esta vez las cosas pueden ser diferentes por tres razones. En primer lugar, porque los electores podrán emitir su preferencia con reglas del juego que imponen obligatoriedad en el sufragio: así, el 77% del padrón nacional que concurrió en estas regiones para la primera vuelta debería volver a las urnas garantizando importantes niveles de participación. En segundo lugar, al existir una papeleta con sólo dos opciones, permitirá que la ciudadanía reconozca de mejor forma las candidaturas acrecentando el nivel de exposición de sus compromisos programáticos. En tercer lugar, la fuerte representatividad que implica una segunda vuelta hará que en todas las regiones del país las nuevas autoridades cuenten con niveles de legitimidad muy importantes: será la figura política electa con mayor número de votos y, en el caso de la Región Metropolitana, con cifras que rocen (¿o superen?) algunos resultados presidenciales nacionales recientes. El gobernador tiene la oportunidad (y el deber), esta vez, de hacer lo mejor que esté a su alcance porque contará con un “status” político diferente que lo posicionará en mejores condiciones de simetría ante las autoridades del gobierno central para gestionar más recursos y construir un mejor poder que resuelva las necesidades de las comunidades en cada uno de nuestros territorios.

Por José Viacava, académico Dpto. Administración y Gestión Pública, Fac. de Gobierno, U. de Chile

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