Columna de Juan Carlos Guajardo: “¿Funcionará la estrategia nacional del litio?”

Litio

"El anhelo de desarrollo productivo aguas abajo, es decir, producir algo más que carbonato o hidróxido de litio grado batería, ocurrirá más que por las instituciones que propone la estrategia, por los instrumentos que ya tiene Corfo, pues su oferta para acceder a litio en mejores condiciones y de manera segura es atractiva y ya está dando frutos, como se ve con la entrada de BYD."



Luego de una larga y excesiva espera, que ha significado al país reducir su participación en el mercado mundial de 45% a tan solo el 30%, se conoció lo que Chile propone para el litio. Es una estrategia compleja que se pueden resumir en que busca aumentar la producción, pero con un rol preeminente del Estado, especialmente en los salares clave. Busca también establecer las bases para generar nuevas industrias en el país y que se haga con criterios ambientales. ¿Funcionará?

Dejando de lado las formas, como que el anuncio ha sido confuso y aún con cuestiones por definir -lo que de por sí ya mella sus objetivos-, el resultado más probable será más bien tibio, especialmente si se compara con el potencial que se podría haber aprovechado.

Los dos mejores salares de Chile, Atacama y Maricunga, quedan en las manos de Codelco. La Enali (Empresa Nacional del Litio), si es que algún día llega a ver la luz del día, será un actor secundario frente al rol que construirá Codelco sin necesidad de ninguna ley. Y Codelco negociará, probablemente bien, para viabilizar acuerdos con SQM, principal objetivo de la estrategia, y con otras empresas, teniendo como resultado una mayor producción.

Lo que preocupa aquí es la velocidad con que esto suceda y los efectos distractores que podría generar a Codelco. De todos modos, esta es una oportunidad para mejorar sus resultados afectados por los problemas en sus proyectos de cobre.

En los salares pequeños, donde no parece que habrá restricciones mayores a la inversión privada, es posible que se desarrollen algunos proyectos, aunque su tamaño será más bien modesto. No se puede dejar de mencionar que había otros caminos para aumentar la producción e incluso aumentar los ingresos para el Estado. Una licitación de los recursos que explota SQM hasta el 2030, junto con licitaciones de nuevas zonas del salar de Atacama, hubieran sido de altísimo interés mundial. Y para otros salares, un buen y sólido marco legal con niveles de impuesto similares a los que ya se perciben en el salar de Atacama hubiera desatado varios proyectos rápidamente.

El anhelo de desarrollo productivo aguas abajo, es decir, producir algo más que carbonato o hidróxido de litio grado batería, ocurrirá más que por las instituciones que propone la estrategia, por los instrumentos que ya tiene Corfo, pues su oferta para acceder a litio en mejores condiciones y de manera segura es atractiva y ya está dando frutos, como se ve con la entrada de BYD.

Y finalmente el cuidado medioambiental busca forzar el uso de la tecnología de extracción directa, la cual aún no está disponible a escala industrial, aunque su llegada es solo cuestión de tiempo. El requisito podría efectivamente acelerar el desarrollo de esta tecnología, aunque se necesitará que el Estado acompañe con los permisos necesarios.

Hay dos factores a tomar en cuenta. La estrategia, en la práctica, se basa solo en decisiones administrativas, que al no depender de leyes queda al arbitrio de gobiernos que cambian cada 4 años. Y no faltan las voces en el exterior que temen que esta estrategia del litio sea un paso para más tarde hacer lo mismo con el cobre. Es importante que Chile despeje cualquier suspicacia pues este tipo de percepciones -fundadas o no-, pueden convertirse en un serio problema para la inversión. Por esto es que la discusión de la nueva constitución es una oportunidad para fortalecer las bases de la minería en Chile, con más certezas, y con ello asegurar su atractivo y viabilidad.