Columna de Juan Carvajal: El día después

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A escasos cinco días de las elecciones de consejeros para el nuevo proceso constitucional, hay varias cosas que llaman la atención. A un día de que termine la propaganda electoral, el electorado tiene más dudas que certezas sobre lo que se elige y el proceso que se avecina. Lo cierto es que la campaña y la propia franja televisiva no aportaron sustancialmente a despejar las preguntas de quién representa qué, cuáles son las diferentes propuestas de nueva Constitución y que sí y que no podría incorporar un nuevo cuerpo constitucional.

Curiosamente, sobre lo que sí hay más claridad es sobre que la oposición debería tener más votos y más consejeros que el oficialismo, teniendo en cuenta el pésimo desempeño que tuvo la mayoría de izquierda en el proceso anterior y la inobjetable sanción ciudadana que obtuvo por tal lamentable rol. En la duda razonable queda el nivel de votación que tendrán Republicanos y el PDG, si Chile Vamos logrará mantener la hegemonía en la derecha y si el oficialismo podrá obtener una suma de consejeros que le permita derecho a veto frente a cualquier propuesta del bloque de derecha que pudiera tener el mismo aroma impositivo que se rechazó en la experiencia anterior.

Sin embargo, lo que sí debería emerger con mayor nitidez para beneficio de la inmensa mayoría de chilenos es la buena noticia de que termine el afán de asumir cualquier problema con espíritu de campaña, la búsqueda de sacar provecho electoral frente a cualquier problema, la costumbre de oponerse a toda propuesta oficialista para buscar un mejor posicionamiento, etc.

A partir del lunes 8 debería comenzar la nueva forma de enfrentar los problemas e inaugurar la búsqueda de más convergencias que divergencias, de mecanismos que permitan soluciones rápidas y eficientes a materias como una solución para los migrantes que se encuentran en “tierra de nadie” en la frontera con Perú o una alternativa adecuada para la ejecución del fallo de la Corte Suprema que concite apoyo mayoritario e impida un colapso del sistema de salud.

Pasadas las elecciones, el país necesita que las fuerzas políticas encuentren caminos que confluyan frente a temas que requieren optimizar recursos y beneficios para Chile en la explotación del litio. Definida una estrategia nacional sobre la materia, es el momento de encontrar las mejores formas y mecanismos que permitan la llegada de los mayores recursos económicos que el país requiere con urgencia.

A la espera de acuerdos nacionales están también una reforma tributaria que haga posible financiar reformas tan urgentes como la previsional -que permita pensiones más dignas y justas- y la de salud, que debiera ayudar a emparejar la cancha en un área en la que se requiere que la diferencia social y económica no vulnere el principio y derecho básico de que todo chileno reciba una atención oportuna y adecuada de salud.

Pareciera ser mucho, pero en realidad es lo mínimo deseable para mirar con mayor optimismo el día después de estas elecciones. Ojalá la elite política se ponga a la altura de estos desafíos.

Por Juan Carvajal, periodista y ex director de la Secom

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