Columna de Juan Carvajal: ¿Hacia dónde vamos?



La triada crisis de seguridad-elecciones-populismo es una mezcla explosiva que está causando mucho daño al país y que puede tener un efecto demoledor para la democracia y la estabilidad institucional, si los actores políticos no reaccionan poniéndole freno a las dinámicas dispersivas que se traducen en propuestas y soluciones cortoplacistas.

Conductas destempladas, como el insólito despido de la periodista Paulina de Allende-Salazar de un canal de TV por un lapsus que fue aclarado en el momento, es solo una muestra de los extremos que se pueden configurar cuando las cosas no se ven más allá de la punta de la nariz. Por lo demás, “paco” es un apodo instalado y de uso generalizado y popular, sobre el cual existen diversas interpretaciones históricas, que no clarifican si su uso es despectivo o neutro. En este caso, se podría concluir que lo ocurrido pudo haber sido mucho menos complejo si no se hubiesen producido reacciones desmedidas, tanto de un oficial de Carabineros como de un canal de TV. Especialmente porque el episodio se transformó en algo mucho más complejo al poner en tela de juicio el respeto a la libertad de expresión, información y de prensa.

Lo anterior es un buen ejemplo de lo que significa ejercer la dirección, la administración y el control de un Estado, ciudad o colectividad y cómo asumir la responsabilidad que cae sobre los hombros de líderes, ejecutivos y profesionales que ocupan roles de poder en coyunturas críticas. Si lo que se busca es bajar las pasiones e imponer racionalidad, se requiere equilibrio, ponderación, mesura o prudencia. Cualquiera de estos sinónimos, pero a lo menos uno de ellos.

Asimismo, tanto la nueva discusión sobre el sexto retiro, como las reacciones destempladas frente al anunciado proyecto del gobierno de Regulación del Uso de la Fuerza (RUF), solo se pueden entender en el marco del populismo o de sacar provecho electoral del episodio. Esto porque ningún actor político debería dudar -a estas alturas- que un nuevo retiro solo traerá más inflación y que algún tipo de RUF, no solo existe en todos los países democráticos, sino que es una regulación necesaria incluso para las propias policías.

Legislar en caliente o buscar soluciones solo motivados por el drama y el impacto, es desaconsejable e inapropiado si no se tiene en cuenta una propuesta más global. A diferencia de lo anterior, acuerdos como los del 12 de diciembre de 2022, que inspiraron el actual proceso constitucional, o la aprobación y posterior promulgación de la ley de 40 horas laborales, dejan en evidencia que la búsqueda de grandes soluciones para grandes problemas requiere de discusión, reflexión y de grandeza para garantizar cambios que se proyecten en el tiempo. Solo así se logrará reinstalar la estabilidad política necesaria para derrotar al narcotráfico y a la delincuencia, y evitar la agudización de los conflictos y la amenaza de polarización, siempre presente.

Hoy es el momento de preguntarse si vamos a destruir la institucionalidad o la vamos a fortalecer entre todos.

Por Juan Carvajal, periodista y ex director de la Secom

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