Columna de Juan Carvajal: Listas más, listas menos
Como era de esperar, la definición de listas y candidatos para la elección de los integrantes del Consejo Constitucional fue mucho más compleja de lo que se elucubraba en las visiones previas. Ni el oficialismo pudo ir unido, ni la derecha pudo conformar una sola lista. Si ese proceso fue difícil, mucho más lo fue la búsqueda de candidatos, ya que parte de los acuerdos adoptados el 12 de diciembre pasado contemplaban que nadie que fuera electo podía ser candidato a ningún cargo público por seis años. Lo anterior fue interpretado en su momento como la vuelta de mano del mundo parlamentario para disminuir posibles rivales en las próximas elecciones de congresistas y una razón para que nadie que tuviera aspiraciones futuras quisiera ser parte de la elección del 7 de mayo. Así, el mundo político debió buscar con pinzas y muchos esfuerzos los nombres disponibles.
Y es que el proceso de definición de los acuerdos que permitió dar luz a esta nueva aventura constitucional, estuvo plagado de desconfianzas, prejuicios, trampas y candados para concordar los principios y criterios para la concreción del proceso. Así, a lo menos, se desprende del llamado “Acuerdo por Chile” que, en sus 12 puntos, reúne en realidad lo que probablemente será la esencia del nuevo cuerpo constitucional. Así también se debe entender la conformación de dos colectivos de especialistas que están previstos, los “factótum” que garanticen que lo que surja no contenga nada de los “excesos” que se registraron en la propuesta de nueva Constitución que fue rechazada ampliamente del 4 de septiembre del año pasado.
Como si fuera poco, en el intertanto la ciudadanía ha ido tomando cada vez más distancia de una propuesta de cambio que parecía sustantiva para abrir un proceso de profundización de la democracia y a una mayor igualdad de oportunidades para los chilenos. Lo anterior ha sido reemplazado por una preocupación cada vez mayor por la delincuencia, la criminalidad y la demanda de mayor estabilidad económico-social.
Como si lo anterior no bastara, nadie hoy está en condiciones de proyectar resultados certeros para los comicios de mayo, ya que no existen parámetros que lo permitan. Más de la mitad del padrón electoral podría expresarse por demandas, esperanzas, confianzas y/o desconfianza que aún no son posibles de medir. Y, por cierto, el triunfo del Rechazo pasado, no necesariamente se debe leer como el apoyo que los vencedores del plebiscito esperan, entre otras cosas, porque en tal coyuntura los partidos políticos de Chile Vamos y Republicanos optaron despolitizar, certeramente, dicha opción.
Lo único que debiera estar claro es que Chile necesita un Estado de derechos reales y reconocidos y que la actual Constitución, que ha tenido reformas importantes en estos años, sigue representando un símbolo fuertemente ligado a la dictadura militar que asoló al país por 17 años. Reemplazarla, equivaldrá a sacar de la memoria nacional el último eslabón institucional que traba el reencuentro de Chile con los valores democráticos y la paz nacional. Así, listas más, listas menos, las preguntas seguirán abiertas hasta el 17 de diciembre del año en curso.
Por Juan Carvajal, periodista y ex director de la Secom
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.