Columna de Juan Carvajal: Lo que deja el 2022
A escasos cuatro días del fin del 2022, es imposible evitar una mirada retrospectiva que nos invite a pensar en lo acontecido, con la intención de proyectar algo de lo que puede ocurrir en el futuro cercano. El nuevo contexto de país y el estado de las fuerzas políticas que quedó de manifiesto con el resultado electoral presidencial del 2021 y luego, con los contradictorios resultados del 2022, hacen proyectar un 2023 muy complejo y con desafíos de alto calibre para el gobierno. Será un año donde, sin elecciones que cambien el escenario parlamentario, un Ejecutivo sin mayorías y con gran fragmentación de los partidos, deberá negociar cada iniciativa voto a voto y sin garantías. En ese cuadro, el Presidente Boric estará obligado a acudir a un trabajo de persuasión ciudadana, que permee con fuerza la resistencia de la oposición y que se imponga a las críticas que puedan surgir desde su propio sector.
Este fue un año de cambios importantes en el plano político social y cultural para la vida de los chilenos y chilenas. Recién saliendo de un largo encierro obligado por la pandemia se hicieron sentir los efectos de una crisis económica internacional y de un aumento inaudito de la violencia en la vida cotidiana que golpeó a todos los estratos sociales. Un clima calificado por diversos sectores como la mayor crisis de seguridad desde que existen registros de cifras en esta materia. Un año en que se retomaron las clases presenciales a nivel nacional, tras dos años de suspensión; en el que se realizó en Chile el primer matrimonio de personas del mismo sexo; en que culminó el uso obligatorio de la mascarilla por motivo de la pandemia y de un cambio sustantivo de la dinámica política que, por primera vez, instaló en La Moneda al Presidente más joven en la historia del país y el primero nacido después del golpe de Estado.
Fue el año en que -después del plebiscito de salida para la nueva Constitución- hubo que esperar más de 100 días para que el 12 de diciembre en curso, se concretara el Acuerdo por Chile. Sin duda, el hecho político más trascendente por las proyecciones que tiene para las posibles convergencias que se requerirán para avanzar en materias como la Reforma Tributaria y la Reforma Previsional.
Pero, más allá de toda consideración, lo que es evidente es que el tema constitucional nos acompañará durante todo el año 2023 y que el gran desafío será arribar a una Constitución que represente a la mayoría ciudadana. Para ello, la base de legitimidad será el voto obligatorio, que sancione una Carta Magna que permita que los gobiernos puedan realizar su gestión con mayorías en el Congreso. De esta forma, resulta crucial que el debate constitucional permita incorporar un decreto con fuerza de ley que disponga que los partidos cuenten con un mínimo del 5% de los votos para existir, lo que incentivará una política de alianzas y grandes conglomerados.
En resumen, el mayor logro del presente año, el Acuerdo por Chile, nos deja también con la mayor tarea para el 2023: lograr que la elite política asuma en plenitud el desafío que implica anteponer los intereses del país por sobre cualquier otra consideración personal o de grupo.
Por Juan Carvajal, periodista y ex director de la Secom
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