Columna de Juan Ignacio Brito: El gobierno pasmado

Gabriel Boric


Por Juan Ignacio Brito, profesor Facultad de Comunicación e investigador Centro Signos, Universidad de los Andes

A nadie le vendrá mejor la pausa dieciochera que al gobierno. Por eso, quizás, la oficina del Presidente divulga fotografías de los esfuerzos del Mandatario (con polera en los salones de La Moneda) por bailar cueca. Las autoridades necesitan un respiro. A ver si con la picardía de las Fiestas Patrias se les quita lo pasmadas.

Los problemas se acumulan, pero en La Moneda parecen obsesionados con el proceso constitucional. Pero la nube negra que persigue al gobierno no se aleja. El nuevo equipo político dio un paso en falso con su intención de pautear al Congreso. La ministra del Interior, que quería bailar cueca el 18 con acuerdo en mano, deberá moderar su entusiasmo y controlar sus palabras.

El Presidente, a quien se le dan mejor los discursos que la gestión política concreta, parece haber olvidado lo que le dijo al país luego de la derrota del 4 de septiembre. Ahí se comprometió a permitir que el Legislativo resolviera el tema constitucional y a ocuparse de asuntos cuya solución ha sido pospuesta por un Ejecutivo eternamente distraído.

Porque el barco navega a la deriva. Esto es muy notorio en seguridad ciudadana. No hay respuesta contra asesinatos, portonazos, balaceras, encerronas, violencia estudiantil contra Carabineros. En Santiago, las encerronas y portonazos se han duplicado este año y promedian alrededor de 30 al día. El subsecretario del Interior ha dicho que está trabajando en el tema y que tiene plazo hasta ¡el 31 de octubre! para entregar una propuesta contra el crimen organizado. Mientras tanto, chilenos, arréglenselas como puedan.

En economía, el gobierno presentó 28 medidas pro inversión para enfrentar la crisis que ya llega. Seguramente ayudarán en algo, pero es un conjunto insuficiente. El corazón de la autoridad no parece estar puesto en esas medidas, sino en la reforma tributaria que seguramente ahuyentará más inversiones que las que atraerá el paquete anunciado.

Y en Relaciones Exteriores nadie parece ser capaz de desatar el nudo ciego que provoca la indefinición con el TPP-11, mientras la Unión Europea presiona por la modernización del acuerdo suscrito con ella.

Por lo menos, los ministros de esas carteras dan la cara. Hay otros a los cuales ni siquiera conocemos. ¿Vivienda? ¿Salud? ¿Obras Públicas? ¿Mujer? ¿Educación? ¿Economía? ¿Ciencias? ¿Deportes? ¿Minería? Si alguien sabe algo de ellos, por favor avise. Ni siquiera Medio Ambiente, que se supone sería una estrella en esta administración, da que hablar.

Pasmados. Un gobierno al que le gusta callar está como ausente.

La paradoja es que este es el gobierno de una izquierda que reivindica la labor y la intervención del Estado. Pero ha hecho todo lo contrario. Como en un acto de magia, esta administración ha logrado que el gobierno desaparezca. Ni Milton Friedman se atrevió a tanto.

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